Andrés Manuel López Obrador les ganó, por años desafio al sistema corrupto de México y tras tres intentos, los vencio. AMLO finalmente se convertirá en el primer mandatario de México después de 12 años de espera y tres intentos, sin embargo, las decisiones que tomó durante la etapa como presidente electo, han levantado dudas sobre su capacidad para desempeñar el cargo que asumirá el próximo 1 de diciembre
Andrés Manuel López Obrador comenzó su carrera rumbo a la presidencia de la República con el disparo de salida que marcó el inicio de las campañas electorales del 2006; doce años después, su perseverancia culmina con una victoria.
Este sábado, el tabasqueño tomará protesta como jefe del Ejecutivo tras una transición maratónica e inédita en la historia de México.
Durante sus cinco meses como presidente electo, el exjefe de Gobierno se encargó de realizar dos “consultas ciudadanas”; dictó la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México; se hicieron reformas legales a la medida de sus necesidades y se avanzó en obras y programas sociales
El periodo de transición no se trató solamente de construir el andamiaje de su gobierno, sino de sentar las bases de lo que será su forma de gobernar. Y con algunos golpes en la mesa, López Obrador dio una muestra de lo que será su administración a partir de este 1 de diciembre.
Las opiniones sobre cómo llega López Obrador al cargo que tanto buscó están divididas. Hay quienes ven a un presidente fuerte que ha buscado poner nuevas reglas del juego; y hay quienes consideran que estos meses desgastaron su capital político sin necesidad de hacerlo.
Lo cierto es que a partir de este sábado, las decisiones, los retos, las tragedias y los éxitos pertenecerán al nuevo gobierno. Llegó el momento de la verdad.
Durante el periodo de transición, el futuro gobierno no sólo marcó la agenda pública, sino que instaló elnuevo tablero de la política mexicana que operará a partir de este sábado.
El apoyo popular que recibió en las urnas, con más de 30 millones de votos, le dio a López Obrador la legitimidad para comenzar a operar rumbo a su gobierno desde el 2 de julio, apenas un día después de ganar las elecciones federales.
Esta legitimidad se vio aumentada por haber ganado también las elecciones para la mayoría en el Congreso de la Unión y en 19 congresos estatales, lo que le abrió a Morena la puerta para comenzar a trabajar desde septiembre en la estructura legal para el nuevo gobierno.
La creación de la Guardia Nacional, de los “superdelegados” y de la Ley que impide a los funcionarios públicos tener un mejor salario que el presidente han sido algunas de las acciones más polémicas y criticadas del tabasqueño
Como presidente electo realizó dos “consultas ciudadanas” fuera del marco constitucional, organizadas, aplicadas y contabilizadas por los propios miembros de Morena.
Con el resultado de la primera de ellas, López Obrador evitó tomar la responsabilidad por la decisión de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, a pesar de que agencias internacionales especializadas en aviación aseguran que el aeropuerto en Texcoco es la opción más viable.
Con la segunda consulta se dio el aval a los programas sociales que pretende impulsar en su gobierno, así como de tres obras de infraestructura, entre las que se encuentran el Tren Maya y la refinería en Dos Bocas, Tabasco.
Ambos proyectos ya han despertado el descontento de expertos y habitantes de la región, que acusan daño ambiental y cambio en su modo de vida.
En el periodo de transición también se decidió no dar autonomía a la nueva Fiscalía General de la República, por lo que seguirá siendo un brazo del Ejecutivo. Esto a pesar de que durante más de un mes, representantes del gobierno electo trabajaron con organizaciones de la sociedad civil para construir una iniciativa que salvaguardara algunos de los principios de independencia de la FGR.
Al final se procesó otra iniciativa que nada tenía que ver con la que trabajó la sociedad civil, que se dijo engañada.
La decisión de crear la Guardia Nacional fue otro de los temas que se definió en la transición a pesar de que algunos sectores de la sociedad civil y de la oposición calificaron la medida como un endurecimiento de la presencia militar en tareas de seguridad.
Para crear la estructura del nuevo gobierno, se aprobaron cambios a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, en donde se define, entre otras cosas, la creación de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, que estará a cargo de todo el tema de la seguridad pública, incluida la prevención; y el establecimiento de las figuras de los “superdelegados” quienes serán representantes personales del presidente en las entidades federativas.
Estos funcionarios tendrán la tarea de manejar los recursos de los programas sociales federales, así como de llevar las riendas de la estrategia de seguridad en los estados.
Frente a esta situación, varios gobernadores de la oposición se han pronunciado en contra de esta figura, pues aseguran que se trata de una violación al federalismo. Incluso adelantaron que ya preparan acciones de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para echar esta medida para atrás.
Los principales detractores son los 12 gobernadores panistas y su homólogo en Jalisco, Enrique Alfaro.
Durante la transición también se crearon leyes a la medida para el nuevo gobierno como el cambio en los requisitos para dirigir el Sistema de Administración Tributaria (SAT), la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, en la que se prohíbe que algún funcionario gane más que el presidente (108 mil pesos) y que ha provocado una ola de amparos por parte de distintos burócratas al igual que acciones de inconstitucionalidad, como la que recientemente admitió la SCJN y fue interpuesta por la CNDH.
Haciendo uso de la mayoría en el Congreso de la Unión y en 19 congresos estatales con la que cuenta su partido, López Obrador pudo comenzar a trabajar desde septiembre en la creación de la estructura legal para su gobierno
Incluso, el planteamiento de algunas iniciativas por parte de la bancada de Morena en el Senado, como la regulación de las comisiones bancarias o de la industria minera, provocaron una caída en la Bolsa Mexicana de Valores y el aumento en el tipo de cambio peso-dólar.
Todas estas medidas, a pesar de que en un principio se pensaron como una avance que facilitaría a Lopez Obrador cumplir con sus promesas de campaña en cuanto llegara al cargo, podrían terminar por traer más dificultades que beneficios ante el enorme número de personas que han mostrado su rechazo hacia ellas.