El grito mexicano retumbó en Las Vegas. Tras una larga espera llena de polémicas, Saúl “Canelo” Álvarez se llevó el triunfo por decisión mayoritaria y le propinó una histórica primera derrota a Gennady Golovkin, para colgarse los títulos medianos del CMB y AMB
A diferencia de lo ocurrido hace un año, el Canelo salió con una clara postura ofensivaque le trajo buenos números durante los primeros episodios; sin embargo GGG apretópara nivelar la contienda e incluso ponerla a su favor a partir del octavo capítulo, donde el físico pareció pesar más en el mexicano.
En la parte final la esquina de Canelo no paraba de repetir una y otra vez lo que tenía que hacer: "Debes evitar los intercambios, estás mejor y él puede acabar todo con una mano". Esa era la clave, pero Canelo había perdido el respeto y no tenía pensado achantarse. Intercambió y ahí se gustó más GGG. Llegó con manos duras, pero ninguna letal. Su pegada parecía que iba en descenso y se confirmó, antes uno de esos golpes hubiese cambiado todo. Aun así estuvo bien y acabó mandando. La igualdad volvía a ser la misma que en la primera pelea.
En el último episodio Canelo asumió el riesgo y fue al frente a sabiendas de que se encontraba ante la última oportunidad de buscar lo que tanto había planeado: el nocaut. Pero GGG aguantó, respondió con numerosos golpes y obligó a escuchar a los jueces, que dieron el triunfo al mexicano (114-114, 115-113 y 115-113) ante la desaprobación de algunos de los aficionados.
Canelo celebraba y agradecía a su equipo. Su esquina fue parte importante de este victoria. Aprendió de los fallos y trazó un plan que ejecutó a la perfección el boxeador en el ring, aunque no avallasó. Contra un superclase como Golovkin es imposible. Con este resultado la pregunta era clara, ¿trilogía? Canelo fue claro: "Si la gente quiere que volvamos a pelear lo haremos, pero dejadme disfrutar del momento", espetó sobre el ring. Mientras, Golovkin se marchó cabizbajo a su vestuario. Perdió la hegemonía y un reinado que tenía desde 2011. Es tiempo de plantearse el futuro, pero lo lógico parece que vuelve a verse con el mexicano en el corto o medio plazo. En el ring sólo se quedóCanelo, la fiesta estaba servida. En México le reclamaban un plus y el correspondió. En Las Vegas pasó a ser un ídolo.
El triunfo deja a Álvarez con una marca de 50-1-2, mientras que Golovkin se queda con 38-1-1.