Juan Carlos Gallaga, quien fue comisionado de Autorización Sanitaria de Cofepris, durante su gestión sumó montos millonarios a sus cuentas bancarias ocultando información en favor de ciertas farmacéuticas en México. Este es el escándalo más grave de sobornos y corrupción registrado en los últimos años en la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios. Todo se encuentra en un expediente de 200 hojas, reporta El Economista.
El expediente revela que sus movimientos bancarios registran transferencias en sus cuentas que no coinciden con sus ingresos como funcionario, provenientes de empresas reguladas por la Cofepris, por montos de hasta 300,000 pesos
Después de conocer esta información, en marzo de 2018 Gallaga fue expulsado del cargo junto a todo su equipo de trabajo. Entre todos se operó una red que benefició a empresas reguladas por la Cofepris y que salieron beneficiadas al menos desde la comisión de Juan Carlos Gallaga. El resto de los responsables son siete personas que estaban enteradas y trabajan para este doctor en la comisión encargada de revisar los riesgos sanitarios en el país.
Se trata de Katia Lilian Ruiz Noria, los hermanos Alfonso y Alejandro Chavoya, Adriana Hernández Trejo, María de la Luz Lara Méndez, Guadalupe Annabel González Carmona, René Valdovinos Sánchez, Adriana Hernández Trejo y María de la Luz Lara Méndez, todos cesados también de la Cofepris a principios de año. Este equipo de trabajo ayudó a retener información clave para sancionar a ciertas empresas, además de retrasar sanciones o perder papeleo que podría afectar a empresarios.
Las investigaciones internas reconocen que tanto Gallaga como su equipo de trabajo perdieron documentos clave para entender a fondo cómo operaban estos favores y sobornos. La red de corrupción de este equipo de trabajo incluye documentos archivados en los sótanos de la comisión sanitaria, al más puro estilo de las series policiacas de los setenta, en donde los compañeros del investigador eran los responsables de todo. La Cofepris, además, opera a un nivel mayor, ya que se encargada de evitar riesgos de salud para los mexicanos.
Y de eso va precisamente la mayoría de acciones corruptas en la comisión de Autorización Sanitaria. La mayoría de los sobornos que recibía Gallaga y su equipo cercano era evitar entregar registros sanitarios en tiempo y forma, con lo que se beneficiaba directamente a grupos empresariales ligados con servicios y productos médicos. Se investiga acciones similares en los departamentos de la subdirección ejecutiva de Servicios de Salud y Dispositivos Médicos, la gerencia de Material de Curación, Equipo Médico, Dirección Ejecutiva de Autorización de Productos y Establecimientos, Prótesis y Productos Higiénicos.
Para que funcionara esta peligrosa red en la Cofepris, Gallaga involucró directamente a sus hijastros y su esposa en los sobornos. Ella recibía depósitos de más de 500 mil pesos en su tarjeta personal que retiraba cada tres meses, a pesar de que no cuenta con un empleo que justifique los montos y tampoco declare impuestos. Sus hijastros también recibían montos en sus cuentas bancarias, sin justificar de dónde provenían.
A pesar del escándalo, Gallega aún colabora en el equipo de entrega-recepción en la Cofepris como si nada hubiera pasado. Aunque en su momento fue destituido él y todo su equipo de trabajo, ninguno de ellos enfrenta cargos en su contra por esta red de corrupción.
Hasta el día de hoy, Gallega sigue asistiendo a la Cofepris para instruir a la nueva administración que se hará cargo de la área en donde operó este sistema de sobornos a favores de particulares.
Con información de El Economista.