La ganadora, la perdedora y el meme

OPINIÓN

La ganadora, la perdedora y el meme

La ganadora, la perdedora y el memeZMG /Lunes, 8 de abril del 2024



Mtro. Juan Luis H. González S. 


La historia de los debates presidenciales en México inició en 1994 con el encuentro que sostuvieron Ernesto Zedillo, Cuauhtémoc Cárdenas y Diego Fernández de Cevallos. Hasta entonces, durante la era de la hegemonía priista, los intercambios públicos entre candidatos no estaban incluidos en nuestro limitado “catálogo democrático”.

Desde aquel 12 de mayo han pasado 30 años y un sinfín de imágenes, frases, proyectos, mentiras, insultos y sentimientos que han determinado el rumbo de nuestro país durante cinco sexenios, aunque, hay que decirlo, estos ejercicios deliberativos aquí y en todo el mundo sirven, generalmente, para confirmar tendencias y en muy pocas ocasiones para modificarlas de manera sustancial, tal como sucedió ayer. 

Más allá del formato, las fallas de los cronómetros y el tiro de las cámaras —que por momentos fueron desastrosos— el intercambio de este domingo en las instalaciones del INE dejó ver, de manera fidedigna, la esencia de los tres personajes que se presentaron ante el público y sí, sí hubo una ganadora: Claudia Sheinbaum. 

La exjefa de gobierno de la Ciudad de México tenía que hacer una sola cosa y lo logró: cuidar su ventaja. Hizo la tarea, no cometió exabruptos, presentó cifras, se enganchó en un par de ocasiones con los dichos de Xóchitl Gálvez, pero el propio transcurrir del debate diluyó su visible y momentánea incomodidad. Sheinbaum fue fiel a su estilo: seria, metódica y a veces inexpresiva. Xóchitl tuvo razón al decir que Claudia no tiene el carisma de López Obrador, pero eso no será determinante en la elección del 2 de junio. Después de un líder carismático un gobierno encabezado por una mujer científica y metódica parece tener sentido para buena parte del electorado. 

Sheinbaum presumió logros como jefa de gobierno, capoteó la mayoría de los ataques de la candidata de la oposición y se dio tiempo para apercibir a los conductores sobre la dinámica y organización del debate. Confirmó lo que muchos analistas han observado durante estas larguísimas campañas y precampañas: es la oferta más seria, la “más presidenciable”, quizá la única. 

En contraparte, Xóchitl Gálvez tenía una encomienda mucho más complicada, una misión casi imposible: convencer a los indecisos que quedan y a una parte del electorado que se mantiene fiel a Morena. 

La forma de hacerlo era llevando a cabo un debate perfecto, mostrando seguridad, deslindándose de los partidos que la postulan, sacando de su zona de confort a la puntera, ganando la discusión de propuestas y, sobre todo, la disputa por la empatía del público. No pudo. Tuvo un par de chispazos, luego se apagó. Esto, sin embargo, no es nuevo: Xóchitl ha sido “llamarada de petate” durante toda su carrera política, la candidatura presidencial difícilmente iba a modificar su intermitencia e inconsistencia. 

Después del ejercicio de ayer las dudas sobre la postulación de Xóchitl Gálvez como abanderada de la oposición surcaron el espacio mediático y digital. Las y los priistas suspiraron por De la Madrid y Paredes, algunos panistas recordaron a Anaya y otros más evocaban a Marcelo Ebrard. Xóchitl llegó derrotada a esta primer contienda y no tuvo los argumentos ni la inteligencia para revertir su posición. 

Por último, queda para la historia la actuación de Jorge Álvarez Máynez. Un político que, evidentemente, sufre la política. Nervioso, confundido y poco preparado, el candidato de MC llegó al debate en un autobús, se tropezó con su sonrisa, se burló de sí mismo con un lenguaje de señas que parecían obscenas y una estrategia que intenta posicionarlo a como dé lugar, ya sea como candidato o como meme, da igual. 

El único éxito de Máynez el día de ayer fue lograr el primer lugar en las tendencias de la plataforma X, la mala noticia es que buena parte de la conversación fue en su contra. Del Movimiento Ciudadano que buscaba ser la tercera vía no queda nada y ayer su candidato presidencial fue una caricatura.

Así las cosas, parece que la suerte está echada. Las tendencias, al parecer, no van a moverse de forma significativa de aquí al 2 de junio. Xóchitl no se acercará a Sheinbaum ni Máynez a la candidata del PAN y el PRI. Todo quedó igual, ganó Sheinbaum.