Mtro. Juan Luis H. González Silva

Al igual que en la contienda federal, la elección por la gubernatura de Jalisco será entre dos. Sin embargo, las alianzas y partidos protagonistas no son los mismos. La presidencia de la república se la disputarán las candidatas de Morena, Claudia Sheinbaum y del frente opositor conformado por el PAN, el PRI y el PRD, Xóchitl Gálvez. En tanto, en Jalisco la batalla real por la gubernatura será entre Pablo Lemus de MC y Claudia Delgadillo de Morena. Álvarez Máynez y Laura Haro, según los sondeos publicados hasta ayer, no tienen ninguna posibilidad.  

Así, la elección del próximo 02 de junio definirá los proyectos políticos que le darán un rumbo determinado al país y al estado y podría representar mucho más que un simple proceso electoral para un partido: Movimiento Ciudadano. MC se juega aquí el todo por el todo. Una eventual derrota de Pablo Lemus pondría en un escenario catastrófico a los naranjas, que dependen casi totalmente de los votos jaliscienses para subsistir.

De ahí la enorme preocupación de la dirigencia nacional (léase Dante Delgado) por la distancia y la evidente molestia que el gobernador Enrique Alfaro ha mostrado respecto a las más recientes decisiones del partido, incluida la designación de Jorge Álvarez Máynez como su candidato presidencial y, ahora, las propuestas de campaña del propio Lemus. Dante sabe bien que un gobernador y el aparato que lo rodea son siempre clave en una elección.

Las tensiones y diferencias actuales al interior de Movimiento Ciudadano no son nuevas ni exclusivas de los naranjas: en todos lados se cuecen habas. La diferencia aquí es que ningún otro partido político nacional se juega la vida en una elección estatal como lo hará MC en Jalisco.

En Morena las cosas son diferentes. Aún y cuando su candidata, Claudia Delgadillo, no lograra ganar la gubernatura, las circunstancias de la 4T no se modificarán sustancialmente. La marca seguirá teniendo una fuerte presencia en la mayoría de los estados y tendría asegurado su papel de oposición a nivel estatal.

Estas circunstancias pondrán a Pablo Lemus a jugar a la pirinola, aquel juguete con el que se entretenían nuestros abuelos y que definía la suerte de los jugadores dependiendo la cara que mostrara. Lemus sabe que gana o pierde todo. No hay punto medio.

Si logra llegar a Casa Jalisco se quedará no solo con la gubernatura sino con la propiedad de la marca en el estado, posición que lo convertirá en piedra angular de las decisiones del partido. La confianza y el apoyo de Dante ya los tiene. Basta recordar que cuando MC aún no definía su candidato a gobernador Lemus optó por pelearse con importantes personajes del emecismo local, buscando inmediatamente la protección del líder nacional.

Si, por el contrario, Claudia Delgadillo gana la gubernatura, la suerte estará echada no sólo para Pablo Lemus sino también para el emecismo. Desde la perspectiva nacional perderán su principal bastión y fortaleza, quedando a expensas de las ocurrencias y dislates en las que ha caído la franquicia desde que sostiene al gobernador de Nuevo León, Samuel García, como su figura principal. Así las cosas, Lemus podría ser un nuevo referente al interior de MC o el último clavo en el ataúd naranja. Hagan sus apuestas.