Desde una camioneta tipo van interceptaban comunicaciones de actores políticos de Morena durante la administración Miguel Ángel Mancera.

Según fuentes extraoficiales, los objetivos principales eran el Presidente Andrés Manuel López Obrador, la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y el Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard.

La camioneta pertenecía a la antes Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ-CDMX)  y era presuntamente operada por José Roberto Uribe. Desde ahí, según anticipó Ulises Lara López, vocero de la Fiscalía General de la Republica, se captaban de forma precisa llamadas telefónicas y mensajes de texto.

“José Roberto ‘N’ y otras personas, también servidoras públicas de la entonces Procuraduría General de Justicia y la Secretaría de Gobierno, posiblemente realizaron violaciones de comunicaciones privadas entre los años 2013 y 2018” detallo el funcionario.

De acuerdo a las investigaciones, el centro de operaciones se encontraba en un edificio en la calle Manuel Marqués Sterling, Colonia Centro de la Alcaldía Cuauhtémoc. Entre las funciones del personal de esas oficinas de espionaje, descubiertas en noviembre de 2018 –aunque presuntamente funcionaban desde años anteriores– estaba escuchar las llamadas telefónicas, vigilar ubicaciones y establecer planes de seguimiento de “varios objetivos”, indicaron las fuentes.

El pasado miércoles apresaron a José Roberto Uribe por por uso ilegal de atribuciones y facultades y violación de la comunicación privada. El funcionario fue capturado en las mismas oficinas de la Fiscalía, en la Colonia Doctores, pues se mantuvo en el servicio público aún con el cambio de gobierno.

Ayer se realizó la audiencia para imputarlo por dichos delitos, pero su defensa pidió la duplicidad del término, por lo que se realizará una continuación para definir si es vinculado o no a proceso. En tanto, el juez le dictó prisión preventiva, por lo que estará en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte.

De acuerdo a la investigación, no solo Uribe participaba en la red de espionaje. Como medida para evitar posibles fugas, se solicitarán a través de la FGR las Fichas Rojas correspondientes para dar aviso a Interpol.

La investigación inició en 2020 y, aunque, los responsables intentaron borrar la evidencia, los agentes encontraron discos duros y otros indicios de espionaje.

Con información de Polemón.