Impresiones del segundo debate: Xóchitl mejoró, pero no ganó

OPINIÓN

Impresiones del segundo debate: Xóchitl mejoró, pero no ganó

Impresiones del segundo debate: Xóchitl mejoró, pero no ganó ZMG /Martes, 30 de abril del 2024





Juan Luis H. González Silva 


El debate del pasado domingo entre las y el candidato a la presidencia de la república no movió las preferencias, como tampoco lo hizo el primero. Políticos, influencers, comentaristas y analistas —en su mayoría convertidos en porristas— se volcaron en medios de comunicación y plataformas digitales para decretar como ganadora a Xóchitl Gálvez. Sin embargo, las métricas que se han hecho públicas desde ayer desmienten su euforia. 


De acuerdo con Francisco Abundis, director de Parametría, el tono del debate de este domingo exacerbó la polarización política, aspecto que tiene cansado a buena parte del electorado que, en su mayoría, espera soluciones para sus problemas cotidianos. Esta casa encuestadora reveló un dato contundente. El 15% del electorado cambió su opinión respecto de las y el candidato después del segundo debate. El 34% (de este 15) afirmó que su percepción de Xóchitl se había modificado, 80% para mal y 20 para bien. Conclusión: la candidata del Frente Opositor fue crítica y frontal, centró sus participaciones en el ataque más que en las propuestas pero su actitud no le arrojó ganancias electorales, al contrario. 


En el momento en que Xóchitl Gálvez llamó narcocandidata a Claudia Sheinbaum la lógica y el tono del debate y de la propia contienda se modificó. En su afán de ser más combativa e intrépida, la candidata de la oposición se desbocó y pisó terrenos peligrosos y complejos que, al parecer, no le servirán de mucho si lo que intentaba era convencer a esa pequeña franja indecisa del electorado. Radicalizar el guion no fue la mejor opción para la candidata de la oposición, principalmente, porque entre los dos grandes bloques de electores hay una distancia de entre 25 y 30 puntos de diferencia. 


Los morenistas no cambiarán su opinión sobre Sheinbaum ante los dichos de Xóchitl, que, por otro lado, se subió a un tren que sólo sirve para satisfacer los deseos de sangre de los antiMorena más radicales. La propia Xóchitl reconoció su error durante el debate e intentó recular, pero ya era tarde.  




Por otra parte, y de acuerdo con los registros de Google Trends, la disputa por la atención de los usuarios digitales fluctuó entre las tres candidaturas; sin embargo, Máynez y Sheinbaum se disputaron el primer lugar de interés durante los bloques en los que se dividió el intercambio. 


Xóchitl estaba obligada a erigirse, por unanimidad, como la candidata ganadora para tener posibilidades en la elección del 2 de junio. Estaba obligada a arrasar en las tendencias digitales, en las mesas de análisis de las televisoras y medios tradicionales. Algunos le dieron el triunfo a Gálvez, otros se lo dan a Sheinbaum. Un escenario que deja todo como está. Usando el argot boxístico podemos decir que Xóchitl no pudo conectar a Sheinbaum con un golpe preciso que pudiera cambiar el rumbo de la pelea.

 

Claro que Xóchitl y Máynez mejoraron, sin lugar a duda, respecto del primer debate. Se mostraron más seguros, menos nerviosos y atropellados. Era muy difícil hacerlo peor. Máynez fue más articulado, pero parece que perdió protagonismo, en parte porque la violencia discursiva de Xóchitl redujo la pelea a dos protagonistas y porque el candidato de MC ya no fue novedad. Movimiento Ciudadano tendrá que sacar otro jingle pegador para mantenerlo en la disputa, a pesar de que volvió a ser tendencia en las redes sociales.


Claudia Sheinbaum, por su parte, mantuvo su postura: salió en defensa de López Obrador y el gobierno federal, se calentó en un par de momentos, pero nunca se extravió. Se mantuvo fija en su historia, llamó corrupta a Xóchitl y luego volvió a sus propuestas, siguió el guion de puntera hasta el final.  Sí, Xóchitl mejoró, pero no ganó nada.