POLITICA

#ÚltimaHora| Detienen en Bolivia a la USURPADORA Jeanine Áñez

#ÚltimaHora| Detienen en Bolivia a la USURPADORA Jeanine ÁñezZMG /Sábado, 13 de marzo del 2021



Jeanine Áñez, quien tomó el poder en Bolivia tras el golpe de Estado contra el ex Presidente Evo Morales, fue detenida esta madrugada por las autoridades.

El anuncio lo hizo el el ministro de Gobierno boliviano, Eduardo Del Castillo Del Carpio, atravesó de un mensaje en Facebook.

“Informo al pueblo boliviano que la señora Jeanine Áñez ya fue aprehendida y en este momento se encuentra en manos de la Policía”, señaló Del Castillo.

Poco antes de su detención, la golpista Áñez acusó al gobierno de Luis Arce de perseguirla políticamente y negó la existencia del golpe de Estado con el que llegó al poder en 2019.

“Denuncio ante Bolivia y el mundo, que en un acto de abuso y persecución política el gobierno del MAS me ha mandado arrestar. Me acusa de haber participado en un golpe de estado que nunca ocurrió. Mis oraciones por Bolivia y por todos los bolivianos”.

Antes de detenerla, la justicia boliviana también detuvo a dos ex ministros interinos y va también tras otros ex funcionarios, militares y policías. 

Junto con Áñez, la Fiscalía tiene órdenes de aprehensión contra los exministros de Gobierno, Arturo Murillo; de Presidencia, Yerko Núñez; de Defensa, Fernando López; de Energía, Álvaro Guzmán, y de Justicia, Álvaro Coímbra, los dos últimos ya fueron arrestados este viernes en la ciudad de Trinidad.



GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA

En las primeras noticias que llegaron parecía que el golpe de Estado en Bolivia, que derrocó a su presidente constitucional, Evo Morales, había sido básicamente incruento, y que el asilo que le ofreció México había sido altamente preventivo. A la llegada de Evo a México, y después de sus primeras declaraciones, comenzó a vislumbrarse que el golpe, como prácticamente siempre, tenía un componente de violencia militar indispensable en todas las asonadas. Naturalmente después de cuatro o cinco días llegan ya abrumadoramente informes de una crueldad extraordinaria hacia la población civil por parte de las fuerzas armadas bolivianas. Y no podía ser de otro modo: desde hace décadas las rebeliones militares de ese país se han distinguido por su crueldad y saña excepcionales.

Los días en que se vivió la ambigüedad, pensamos un buen número de comentaristas que había surgido probablemente un nuevo tipo de golpe de Estado en que las autoridades establecidas se veían obligadas a abdicar de sus funciones por el hecho de que una mayoría de las fuerzas armadas se negaban a seguir los lineamientos políticos del gobierno establecido, seguidas por un sector importante de la sociedad civil y, lo que resulta fundamental, por una fracción eventualmente mayoritaria de las fuerzas armadas, dejando entonces a ese gobierno en una situación de enorme disminución respecto a su autoridad. En el caso boliviano del golpe de Estado en contra de Evo Morales nos encontramos en una situación como la descrita, en la que las fuerzas armadas habían abandonado ya, en buena proporción, su compromiso con el presidente boliviano.

Naturalmente sería necesario examinar con mayor detalle la dinámica de los acontecimientos que llevaron a la renuncia de Evo. Pero esto quedará en manos de los historiadores. Aquí nos conformamos con las versiones de los testigos de primera línea, lo que nos hace concluir que Evo tuvo plena razón en abandonar la presidencia de su país y que lo hizo también en el momento más oportuno, para evitar una masacre y hasta un genocidio de proporciones descomunales. Bolivia vive aún ante esa posibilidad inminente, lo cual obliga al resto de los países latinoamericanos a expresar su profunda preocupación por los hechos que pudieran desencadenarse en forma aún más violenta y cruel de lo que ha podido observarse hasta el momento.

Todos sabemos que la mecánica interna y discreta del golpe fue manejada, como siempre en estas circunstancias, por las agencias estadunidenses que tienen como misión impedir en todas partes del mundo, y particularmente en América Latina, el ascenso al poder de fuerzas y gobiernos que puedan ser calificados de izquierda. Así fue en tiempos de la revolución cubana (con un fracaso que sigue siendo proverbial), y en el Chile de Salvador Allende (con el éxito macabro de los 30 años que ocupó el poder Augusto Pinochet), y otros más como los golpes de Estado en Brasil, o en Argentina, o en casi la totalidad de los países de América Central. Lo que ocurre hoy, por primera vez en muchas décadas, es que ni los golpes de Estado, ni los movimientos populares de signo democrático llegan a consolidarse definitivamente, pues siempre se encuentran con un antagonista que los tiene en perpetuo jaque. Los ejemplos de Cuba y Venezuela serían pertinentes para ilustrar lo dicho. Se trata, pues, a lo que parece, en el continente, de regímenes variables, cuyo destino depende la mayor parte de las veces de las señales e intereses políticos de la gran potencia del norte, que invariablemente se encuentran en la extrema derecha.

Las órdenes de aprehensión fueron obtenidas por la Fiscalía, tras la denuncia que hizo en diciembre del 2020, la exdiputada del Movimiento al Socialismo (MAS) Lidia Patty ante el Ministerio Público en contra del exlíder cívico boliviano Luis Fernando Camacho, su padre, José Luis Camacho, y excomandantes de las Fuerzas Armadas y de la Policía Boliviana.

Con información de Polemón.