La revista “Proceso” le repite la dosis al presidente electo, electo, Andrés Manuel López Obrador, y destaca que negoció con el canciller Luis Videgaray darle amnistía al presidente Enrique Peña Nieto y a los funcionarios de su gobierno para no ser investigados por corrupción desde la campaña electoral.
De acuerdo con una entrevista que el exlíder nacional del PRD, Carlos Navarrete, la moneda de cambio fue tener una “transición de terciopelo” se habría establecido previo al segundo debate, que se realizó el 20 de mayo.
En la portada aparece la frase “Perdón a cambio de estabilidad”. Durante la entrevista el exlíder perredista asegura:
“Es un guión que pactaron para sus decisiones: el repliegue de Peña Nieto está pactado, el despegue de Andrés Manuel está pactado, la amnistía está pactada. Peña Nieto se podrá ir sin ningún problema y su gabinete también. El presidente podrá tomar sus decisiones. No le han puesto ni un obstáculo del tamaño de una canica. Nada. Todo camina. El fraseo con el presidente: “Es un demócrata, es respetuoso de la ley, el país está muy bien”. Todo pactaron con guión”.
Cabe aclarar que Navarrete Ruiz cuenta con lujo de detalle lo ocurrido en esa reunión, pero no señala quién o quiénes fueron sus fuentes. para dar tale afirmaciones, aseguró que fue el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores quien aconsejó a Peña Nieto para actuar de la misma forma que lo hizo ante el inminente triunfo del mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, ya que era un hecho que el candidato priista, José Antonio Meade, no le ganaría al tabasqueño.
“Videgaray, que es un témpano para tomar decisiones, le dijo al presidente: “No hay forma. La tendencia es imparable y con el nuestro no hay forma”. Estamos hablando de antes del segundo debate. Ya Andrés había mando tres mensajes sobre la amnistía, sobre el borrón y cuenta nueva y no había tenido respuesta en Los Pinos. Les dijo en un discurso, se los dijo en Acapulco con empresarios. Y Peña Nieto decía: “Quién sabe”.
El exsenador perredista añadió que otro de los factores que influyó para que Peña Nieto y AMLO llegaran a un arreglo fue la amenaza lanzada por el abanderado del PAN, Ricardo Anaya, el 5 de marzo, quien prometió encarcelar al titular del Ejecutivo si comprobaba que había cometido graves actos de corrupción.