Redacción | 22 de noviembre de 2019
Los hombres viven menos por prácticas aprendidas que por enfermedades, así lo reconoce uno de los investigadores mexicanos más reconocidos en el estudio de la reproducción, la salud, la sexualidad y los comportamientos reproductivos de los varones, Guillermo Figueroa Perea, durante el foro La nueva masculinidad, organizado por EL PAÍS y la Cadena SER.
"Cuando asumes que hay que pelear físicamente cuando alguien te enoja, cuando tienes que demostrar tu hombría y ser muy macho, cuando tienes que consumir alcohol para ser hombre… te expones a un mayor número de riesgos", describe en su participación.
Perea también reconoció que una de las claves para aprender esas prácticas dañinas en la vida tiene que ver en la forma de cómo nos educamos y de reconocer que las cosas que nos hacen daño deben cambiar.
"Una de las claves tiene que ver con invitarnos a ver en un espejo lo que estamos haciendo con nosotros mismos. Y tomar conciencia de que hay ciertas desventajas en la manera en la que aprendimos a ser hombres. Cuando tú a un chico le dices que se está descuidando te responderá: "¡De algo me tengo que morir!". Y por eso fuma, y bebe y por eso se droga. Se puede desaprender a través de hacer evidente las consecuencias negativas de lo aprendido".
El doctor en sociología y en demografía (en la Universidad de París-X Nanterre en Francia) y editor de ocho libros, también destacó que las mujeres no son las únicas violentadas en la actualidad, también los hombres.
"Que los hombres heterosexuales creen un movimiento podría sonar osado, porque parece ellos solo tienen privilegios. Pero lo que tratamos de hacer en estos círculos es ver que no es así. Antes hablábamos de la salud, pero no es solo eso. ¿Qué tiene de privilegio no poder mostrar libremente tus emociones? Pretendemos evidenciar que también tenemos desventajas. No podemos seguir pensando que las únicas violentadas son las mujeres", explicó.