Emilio Lozoya no sabía de su futuro y la repercusión que dejaría las declaraciones que hizo en 2017, cuando desmintió haber aceptado sobornos de Odebrecht. En aquel entonces, afirmaba que “delincuentes confesos pueden decir lo que sea a cambio de reducciones de condenas”, una situación en la que imprevistamente se encuentra hoy.
En agosto de 2017, la revista Proceso revelaron los presuntos sobornos de la empresa brasileña para la campaña de Enrique Peña Nieto, por lo que mediante un comunicado, el exfuncionario lo negó: “Niego categóricamente las imputaciones y la información que hace referencia a supuestos actos de solicitud y/o recepción de sobornos”.
Harían lo que sea. En el texto de aquel momento, Lozoya Austin afirma: “Suponiendo que hubiese alegatos en mi contra por parte de delincuentes confesos, habría que por lo menos mencionar que estos pueden decir lo que sea a cambio de reducciones de condenas”.
¿Por qué es importante? Ahora es él quien, en medio de un juicio en su contra por los casos Odebrecht y Agronitrogenados, ha lanzado acusaciones contra los expresidentes Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón; los excandidatos Ricardo Anaya, José Antonio Meade, así como exsenadores, quienes han rechazado las acusaciones.
Con información de Político.
— José Antonio Crespo (@JACrespo1) August 20, 2020