Jalisco se ha convertido en un gran cementerio. Desde la llegada de Enrique Alfaro al gobierno del estado, la violencia y el número de asesinatos y desapariciones se ha incrementado ostensiblemente. Después de que se localizaran 138 bolsas con restos humanos, una noticia que le dio la vuelta al mundo, un nuevo hallazgo macabro se presentó en la zona metropolitana de Guadalajara.  A un costado de la brecha que conduce al balneario Los Chorros de Tala, en ese municipio, fueron localizadas 17 bolsas de plástico que contenían restos humanos.

La Policía de este municipio conurbado recibió un reporte de “bultos apilados”. Al confirmarlo dio parte a la Fiscalía estatal y al Servicio Médico Forense. Los peritos trasladaron los restos a la morgue metropolitana a fin de determinar el número de víctimas, las causas de muerte, sexo y la evolución cadavérica.

Ante estos hechos ha crecido la presión sobre el gobierno del estado, que no ha tenido un posicionamiento firme sobre estos terribles acontecimientos y solo se ha limitado a enviar comunicados técnicos. Integrantes del colectivo Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej), en compañía de la Comisionada Nacional de Búsqueda de Personas, Karla Irasema Quintana Osuna, realizaron un recorrido en el predio de La Primavera, en Zapopan, donde trabaja personal de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas luego de la localización de 138 bolsas con restos humanos.

Las 17 bolsas plásticas que contenían restos humanos, se suman a un terrible escalada de violencia que se ha recrudecido durante el último año, justamente cuando se presentó el cambio de gobierno. 

La Universidad de Guadalajara hizo serios cuestionamientos, a través de un comunicado, al encargado de la seguridad en aquel estado, Macedonio Tamez, a quien definen como “insensible” e “incongruente”. Además, se señaló que las autoridades estatales aceptan su incapacidad cuando mencionan que las muertes son “un ajuste entre bandas criminales”. 

En el segundo punto del comunicado se afirma que “no solo es motivo de horror el número de víctimas, sino el estado en que se encontraron. La saña, crueldad e inhumanidad ejercidas probablemente para asesinarlas y destruir sus cuerpos no se debe pasar por alto. La indiferencia ante estas atrocidades solo aumenta las probabilidades de que vuelvan a ocurrir”.