
En entrevista para Venga la alegría, Ricardo González relató cuánto sufrió en su niñez.
“Yo batallé desde niño para ser adulto. En mi caso, mi papá y mi mamá no me ayudaron. Yo quise ser futbolista, no me dejaron; quise ser pintor, no me dejaron”, dijo González.
Además, cuando el joven González le dijo que quería ser artista, su padre le respondió con un:
“Aquí no quiero jotos”
Por eso, para González, crecer fue vencer ese eterno “no” que sus papás le dieron.
En la casa siempre vivía un ‘no’ para todo. Creo que hubiera sido más fácil si mi papá y mi mamá me hubieran entendido todo lo que quería hacer. Tuve que crecer, ser adulto, para poder vencer ese ‘no’. Pisotearon mi dignidad en mi casa, de niño, de joven”, añadió.
Uno de los recuerdos que tiene Ricardo González es el de la vez que quiso fumar:
“A los 17 o 18 tenía la inquietud de fumar. Una noche vengo caminando a la casa, pasaban de las 12:00, aunque no podía llegar después de las 12.00 porque a las 12:05 pregúntame la tranquiza que me daban. Entonces paso por un árbol de limón y como olía yo mucho a cigarro agarro una hoja y me la tallo por todas partes. Toco la puerta, me abre mi papá y me dice: ‘Tomaste, ¿verdad? Hueles a cuba’, y moles: pregúntame las cuerizas que me daban. Me pegaban toda la vida […] Cuando me casé, nací, born free, gracias a Dios”, puntualizó Cepillín.
Ve aquí la entrevista completa con Ricardo González “Cepillín”: