Ante la censura de Proceso contra John Ackerman, Fabrizio Mejía y el monero Rocha, las redes sociales se llenaron de mensajes y críticas sobre la “derechización” del semanario, pues miles de personas se mostraron decepcionadas, sobre todo por la afrenta hacia el legado de Julio Scherer y un cúmulo de periodistas que durante décadas combatieron el statu quo de la prensa escrita.
Tras el despido de Ackerman, Mejía Madrid y monero Rocha, de Proceso, internautas se preguntan por qué la derecha no sale a gritar que es censura https://t.co/hkQ8owVgRI
— Revolución 3.0 (@Revolucion3_0) August 24, 2020
Proceso fue fundado el 6 de noviembre de 1976 por Scherer García y otros periodistas como Miguel Ángel Granados Chapa, Vicente Leñero, Armando Ponce, entre otros. Esto, ante la salida de algunos de ellos del periódico Excélsior, por criticar e incomodar al gobierno de Luis Echeverría.
Meses después de la expulsión de Scherer, quien se había desempeñado como director del diario desde 1968, renunciarían otros 200 reporteros, fotógrafos, diseñadores, articulistas, editorialistas y colaboradores, de la talla de Carlos Monsiváis, Heberto Castillo, Jorge Ibargüengoitia y José Emilio Pacheco.
El llamado “golpe” al Excélsior se ha considerado como uno de los atentados más procaces contra las libertades de expresión y de prensa en la historia reciente de México.
Sin embargo, el nacimiento de Proceso representó uno de los pocos y más destacados esfuerzos para contrarrestar el cerco informativo controlado por el régimen priista.
Asimismo, durante el sexenio de Vicente Fox, la revista defendió el derecho a la información a costa de recibir demandas por un reportaje sobre el divorcio religioso de Martha Sahagún, escrito por Olga Wornat, quien posteriormente sería censurada y amenazada durante el calderonismo, aunque hoy estrena por fin su libro “Felipe El Oscuro”.
“De nada te sirvió amenazarme y perseguir a mi familia”: periodista Olga Wornat anuncia que su libro donde revela nexos de Calderón con el narco, comenzará a distribuirse https://t.co/GHC6GlW90W
— Revolución 3.0 (@Revolucion3_0) August 25, 2020
En su momento, Proceso también dio a conocer el enriquecimiento del hijo de Sahagún, gracias a concesiones gubernamentales, y la posesión de múltiples inmuebles por parte del exmandatario, quien respondió tachando al semanario de “periodicucho”.
Tras la polémica elección de 2006, John Ackerman e Irma Eréndira Sandoval convencieron al otrora director de la revista, Rafael Rodríguez Castañeda, que emitiera una solicitud formal al Instituto Federal Electoral (IFE) para llevar a cabo una investigación sobre los comicios y revisar las boletas electorales, con fines periodísticos e informativos.
Dicha petición fue un acto inédito que, a pesar de no tener éxito, sembró un referente en la lucha por garantizar el derecho de la población al acceso a la información pública y la defensa de la democracia.
Seis años más tarde, Rodríguez Castañeda recurrió al Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos, con el fin de impedir que las boletas electorales de 2006 y 2012 fueran destruidas. Incluso recomendó que los documentos podían quedar protegidos de manera electrónica para su consulta, evitando así gastos en su preservación.
El 7 de enero de 2015 falleció Julio Scherer García; no obstante, su hijo, Julio Scherer Ibarra formaba parte del consejo administrativo de Proceso, hasta enero de 2019, cuando renunció para evitar conflictos de intereses porque se convirtió en consejero jurídico de la Presidencia de la República, una vez que Andrés Manuel López Obrador tomó posesión.
María Scherer, también hija del emblemático periodista, pero además esposa de Juan Ignacio Zavala, cuñado de Calderón, asumiría el control de la revista desde ese momento, implementando acciones de inmediato para cambiar el rumbo editorial de Proceso.
Tras borrar a la izquierda de sus páginas, internautas piden dejar de seguir a Proceso en todas las redes sociales https://t.co/ssIuZNKO7n
— Revolución 3.0 (@Revolucion3_0) August 25, 2020
Entre sus primeras “reformas” destaca el haber retirado a Rodríguez Castañeda de la dirección, tras 21 años de ejercicio, para poner en su lugar a Jorge Carrasco Araizaga.
Ahora, la salida de Ackerman, Mejía y Rocha, en contraste con la preferencia hacia Denise Dresser, Javier Sicilia, entre otros personajes abiertamente opositores al gobierno de izquierda encabezado por López Obrador, es una evidente declaración de guerra, un coqueteo a los poderes fácticos, una victoria del clan Calderón-Zavala y, sobre todo, un tiro de gracia al legado de Scherer y muchos periodistas que han luchado por la democratización informativa.
Con información de Revolución 3.0
En redes, personalidades de izquierda lamentan giro de la revista Proceso; especulan que es cuestión de tiempo para que se integren Loret y Calderón https://t.co/c82NVHw6aK
— Revolución 3.0 (@Revolucion3_0) August 24, 2020