El agobio del regreso a clases a distancia que experimentaron miles de hogares en México se multiplica para Joaquín y Érica: con siete hijos estudiantes y una bebé de cinco meses.
Desayunan temprano, se ponen los uniformes, toman sus sillas y entran a la escuela... en el comedor, la sala, jardín o el estudio de su casa, en Zapopan, Jalisco
Desde segundo de preescolar hasta segundo de secundaria, entre los 3 y 12 años de edad, los cuatro varones y tres niñas -de dos colegios y un kínder distintos- se conectan a sus aulas virtuales con la conexión a Internet compartida.
"Ser una familia numerosa en estas circunstancias ha sido una bendición porque estamos más unidos, dentro de todo lo malo o lo caótico que puede ser; nos ha ayudado a reinventarnos, a ser todavía más organizados y darnos cuenta de que nos apoyarnos y todos tienen que ayudar para salir adelante y sobreponerse. Ha sido un gran aprendizaje", dijo Érica Aguirre, quien tiene que "danzar" de un lado a otro para supervisar, mientras sostiene a la más pequeña en brazos.
Con información de Debate.