Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Secretaría de Energía (SENER) serán las encargadas de la construcción de la refinería Dos Bocas, en Tabasco, anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aseveró que la licitación para la construcción se declaró desierta “porque estaban pidiendo mucho, se pasaron de los 8 mil millones de pesos y se pasaba en el tiempo de construcción. Nosotros no vamos a permitir que una obra que no esté terminada en el sexenio”.
El mandatario afirmó que el proyecto estará bajo la responsabilidad de la titular de la SENER, Rocío Nahle, y estará lista en tres años. Tendrá un costo de 160 mil millones de pesos.
“Es un desafío de hacerla en tres años y de que nos cueste mucho menos se los que estiman las empresas”, dijo.
La historia qué hay detrás de la decisión de AMLO:
A finales de la semana pasada y en las primeras horas del fin de semana el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió los informes finales, tanto financieros como de ingenierías, sobre el proyecto insignia del sexenio, la refinería de Dos Bocas, Tabasco.
Las noticias no eran halagüeñas: costaría más del doble de lo proyectado, elevando la inversión a un rango de entre 15 y 17 mil millones de dólares. Además, la operatividad total del complejo no ocurriría sino hasta el año 2027.
Al ver la información que le presentó la secretaria de Energía Rocío Nahle el presidente se desencajó por completo, señala una fuente y, en presencia de su círculo más cercano habría enfurecido y habría expresado una frase nueva, que nadie imaginaba: la vamos a tener que cancelar. Eso lo puso de pésimo humor estos días.
Quienes rodean al presidente descansaron al escuchar que hoy jueves o a más tardar mañana la cancelación se convertiría en una posibilidad real. No es la única opción. De hecho, la continuación del proyecto es todavía la alternativa más acariciada por el presidente. Sin embargo, la realidad se está imponiendo en las últimas horas.
Cancelar el proyecto de Dos Bocas sería una decisión fuertemente aplaudida por miembros del gabinete, que ya no saben cómo convencer al presidente de su inviabilidad.
El solo proyecto de nivelación del suelo en ese fango costaría más de Dlls. $ 2 mil millones. En adición, hay un poderoso argumento financiero que tiene al gabinete económico con los pelos de punta: la tasa interna de retorno de Dos Bocas apenas alcanzaría 7 por ciento. En cambio, si el presidente lo cancela y decide repotenciar las seis refinerías existentes, ese indicador financiero podría llegar hasta 20 por ciento, lo que sería una mucho mejor decisión en términos de finanzas públicas.
Otro indicador que el presidente evalúa en estas horas críticas es la capacidad de refinación. La reconfiguración de las 6 refinerías existentes (Cadereyta, Minatitlán, Tula, Salamanca, Ciudad Madero y Salina Cruz) podría elevar la capacidad de refinación hasta en 170 mil barriles al día; mientras que la nueva refinería de Dos Bocas solo podría alcanzar alrededor de 100 mil barriles diarios.
Las empresas finalistas del proceso de licitación, Bechtel, Worley Parsons y KBR, han insistido durante las últimas semanas que ninguna de ellas es capaz de terminar en 3 años el proyecto de Dos Bocas. Esto implica que, si la refinería no se cancela, habría un pronunciamiento explícito de la ganadora respecto del plazo, pues ninguna quiere comprometerse a tenerla operando en 2021.
En el entorno cercano del Presidente se dice que esta podría ser la decisión más adversa de toda su administración y, si elige cancelar el proyecto, le querrán acompañar en la argumentación en beneficio de México.