Redacción | 19 de noviembre de 2019
La política no se detiene. Aún y cuando la 4T ha vívido su primer gran crisis, propiciada por los eventos de Culiacán y Sonora, y los números del presidente de la república sufrieron un decremento, el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) continúa bien posicionado en las entidades federativas, de acuerdo a las más recientes encuestas.
Esto se debe, principalmente, al desastroso papel de los partidos de oposición a nivel nacional. PAN, PRI, MC y PRD han tenido la posibilidad de constituirse en una oposición crítica y responsable con un proyecto alternativo de país pero han optado por la descalificación burda y por sumarse al juego discursivo del presidente, un espacio en donde, indudablemente, llevan todas las de perder, debido a la legitimidad que aún conserva López Obrador.
Entre los actores, al interior de MORENA, que han destacado en este primer año de administración del nuevo gobierno federal, están Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum. Dos perfiles e historias disímbolos pero con una gran responsabilidad y peso en el proyecto de López Obrador.
Sheinbaum ha sido metódica y ha demostrado que tiene la capacidad para corregir errores sobre la marcha y para sostener, con disciplina, su visión de ciudad. Se ha empeñado en el combate a la corrupción y en la austeridad.
En su primer informe de gobierno fue enfática, “hay avances en todo lo relativo al ahorro que tiene el gobierno, 25 mil millones de pesos para ser usados en programas y en otras obras del gobierno de la ciudad. Esto significó un gran trabajo en materia de ahorro, pero también de honestidad”, señaló en su momento.
Por lo otro lado, Sheimbaum no se ha detenido en la persecución de ex funcionarios a los que se les ha comprobado malversación de recursos o actos de corrupción. El tema del combate a los corruptos parece ser su estandarte de batalla.
Sin embargo, un punto nodal, sobre el que descansarán sus posibilidades de ser una opción real para la presidencia de la república en el 2024, será la agenda de seguridad en la Ciudad de México.
De acuerdo con el último informe oficial la incidencia delictiva en la capital ha descendido, pero la propia jefa de gobierno ha aceptado que no es suficiente y que el gobierno de la Ciudad de México está preparándose para una siguiente fase de trabajo que consiste en la reducción de delitos.
Sheinbaum ha destacado algunos cambios de fondo que se han hecho en cuanto al funcionamiento del sistema de impartición de justicia, y que tiene como objetivo, acabar con la corrupción para atender las causas de inseguridad, mejorar el desarrollo de la policía y su atención a la ciudadanía, fortalecer las labores de inteligencia y justicia, mejorar la coordinación de acciones entre las instituciones y fortalecer el marco legal.
Veamos si los tiempos y los resultados son favorables para la jefa de gobierno que más allá de su cercanía con el presidente comienza a demostrar que tiene una visión propia de la política y de la gestión gubernamental.