La revista Proceso reportó que una parte de las 189 mil páginas de evidencia contra García Luna fue presentada por el gobierno de López Obrador como parte del Tratado de Asistencia Legal Mutua (TALM) entre ambos países.
Con esas evidencias, los fiscales de Estados Unidos pretenden negociar con García Luna para que acepte ser un “testigo cooperante” y a su vez, delate a sus posibles cómplices coludidos con el Cártel de Sinaloa.
Las 189 mil páginas de evidencia, videos y grabaciones con las que cuentan los fiscales estadounidenses incluyen registros financieros, videos y comunicaciones que fueron interceptadas, relata Proceso. Dichas pruebas son las que vinculan al exfuncionario con el crimen organizado.
El miércoles 7 de octubre, en la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, García Luna tuvo una audiencia pública en la que se declaró como “no culpable” de los cinco cargos que le imputa el gobierno de Estados Unidos, entre ellos el narcotráfico y mentir a agentes federales.
Ese mismo día, el juez Brian Cogan, quien sigue el caso, actualizó los delitos que le imputa Estados Unidos, los cuales lo acusan de asociación delictiva en colusión con Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García, colaboradores de García Luna durante el sexenio de Felipe Calderón.
García Luna está preso en Nueva York desde diciembre de 2019, acusado de mentir a agentes federales, traficar cocaína en colusión con el Cártel de Sinaloa y de recibir sobornos millonarios de la misma organización criminal.
El juez Brian Cogan informó que la próxima audiencia de García Luna será el 7 de diciembre.
LOS NEXOS DE GARCÍA LUNA Y CALDERÓN
Los vínculos entre Felipe Calderón y Genaro García Luna, quien fuera su secretario de Seguridad Pública, son muy estrechos aunque el ex presidente se niegue a reconocerlo.
De acuerdo con una columna de la periodista Anabel Hernández publicada en Deutsche Welle, quien lleva 15 años investigando al cartel de Sinaloa, y en ese largo camino aparecieron los nombres del entonces presidente Calderón Hinojosa, de su secretario de Gobernación Juan Camilio Mouriño -muerto en 2008 cuando el avión donde viajaba explotó en el aire- y el de García Luna, quienes estaban pactando con la organización que lideraba Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Ahora, Calderón se deslinda de García Luna. Dice que nunca supo de sus vínculos con el narcotráfico. Y el gobierno de López Obrador refiere que sólo investigará a Calderón si la voluntad popular se lo pide.
La primera vez que escuché el nombre de García Luna y sus nexos con el Cartel de Sinaloa fue a inicios del sexenio de Calderón. Un grupo de militares le había advertido a Calderón en los tiempos de transición de la administración del presidente Vicente Fox a la suya, que el entonces titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) tenía nexos con el cartel de Sinaloa
Los militares entregaron videos e interceptaciones telefónicas de miembros del equipo muy cercano de García Luna dialogando y negociando con narcotraficantes. Juan Camilo Mouriño, amigo entrañable de Calderón, un joven dueño de toda la confianza del presidente electo e integrante de su partido político de derecha, PAN, era entonces el responsable de integrar lo que sería el nuevo gabinete.
Los militares lo hicieron no solo para que García Luna no tuviera ningún tipo de espacio en la nueva administración, sino para que se le investigara. Además, sobre García Luna pesaban acusaciones acumuladas en expedientes judiciales por sus vínculos con bandas de secuestro, y su ineficacia como servidor público frente a la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI).
Para su sorpresa, Calderón no investigó a García Luna sino que lo nombró responsable de la seguridad de todo el país, le dio mas poder, más elementos y más presupuesto. Lo que los militares no sabían es que la AFI había ayudado a la campaña presidencial de Calderón a espiar a sus enemigos dentro de su partido político y a su contrincante Andrés Manuel López Obrador quien encabezaba las encuestas de preferencia electoral en los comicios del 2006.
De acuerdo con la periodista, la realidad es que lo que ha unido a Calderón Hinojosa y García Luna es un vínculo personal y profesional indisoluble. Una amalgama hecha de complicidad privada y en el ámbito público.
Con información de La Octava.com