El presidente mexicano demostró un “sospechoso” el “respeto” al mayor criminal de la historia, Joaquín “Chapo” Guzmán. Lo cierto es que también resulta indignante que un presidente, como López Obrador que insulta a diestra y siniestra y que gusta de motejar a todos sus críticos y adversarios, pida una disculpa publica por llamarle “Chapo” al Chapo Guzmán Loera.
Pero lo verdaderamente alarmante es que, en solo 23 meses, todo apunta a que en México ya no manda el presidente Obrador, sino que el verdadero “mandamás” se llama Joaquín Guzmán Loera, motejado como “Chapo”.
Y de confirmarse la hipótesis, por la vía de los hechos, también se confirmaría que en México vivimos un “narcoestado” o “narcogobierno”. Y es que, si es palmípedo, si tiene pico de pato y si grazna como pato, tenemos derecho a suponer que se trata de un pato.
En otras palabras, si el Chapo es capaz de hacer que un presidente como Obrador deje en libertad al Chapito violando todo el sistema de justicia; si consigue que en el cumpleaños del Chapito el presidente acuda a Badiraguato a saludar a la madre del Chapo; si la hija del Chapo se casa en la Catedral de Culiacán con protección militar, y si el Chapo es responsable de “ponerle el dedo” a un general, como Salvador Cienfuegos, entonces tenemos derecho a suponer que en México manda el Chapo Guzmán y no López Obrador.
Y viene a cuento el tema porque en “la mañanera” del 20 de octubre del 2020, a propósito de la detención del general Cienfuegos, Obrador intentó deslindar al Chapo de las acusaciones que lo señalan como el culpable de “poner” el extitular de la Sedena.
Dijo Obrador palabras más, palabras menos, que al criminal se le formulan toda clase de acusaciones y que, incluso “se llegó a decir de que el Chapo estaba entre… no me gusta decirle así, Guzmán Loera, ofrezco disculpa… estaba entre los hombres más ricos del mundo…”.
¿Qué significa la aclaración presidencial y la disculpa publica, además del “respeto” que muestra el presidente por el mayor criminal de la historia?
¿Cómo debemos entender el comportamiento del presidente, ante un criminal como el Chapo, cuando López Obrador no respeta nada ni a nadie; cuando el mandatario insulta a todo el que lo cuestiona y, en especial, cuando gusta del apodo vulgar, ¿a los que no piensan como él?
Lo cierto es que el presidente mexicano solo abona la hipótesis de que mantiene una alianza con el crimen organizado con el Chapo, entre otros capos; alianza que aquí señalamos desde 2012, cuando AMLO vendió a los Abarca la candidatura a la alcaldía de Iguala.
Pero también es cierto que no se trata del primer desliz presidencial que exhibe al ojo público, una presunta colaboración entre el mandatario mexicano y el mayor criminal de la historia.
Por ejemplo, el 29 de enero de 2019, en el Itinerario Político titulado “Un presidente de rodillas ante el narco y el crimen”, denunciamos que por orden presidencial se habría facilitado la fuga de todos los socios del Chapo, de las cárceles del país; por orden presidencial se facilitó la visita de los familiares del Chapo a Estados Unidos; por orden presidencial se canceló la detención de grandes capos y se suspendió la incautación de droga, además de que, también por orden presidencial, inició un perdón selectivo de criminales que habrían financiado a Morena.
Volvimos al tema en el Itinerario Político del 6 de septiembre de 2019, titulado “Entrega AMLO la plaza al crimen”, en donde abundamos en el perdón presidencial a las bandas criminales y, sobre todo, al disparo incontenible en el número de muertes violentas.
Luego vino “la prueba reina”, el montaje del 17 de octubre de 2019, cuando se produjo la detención y posterior liberación de Ovidio Guzmán, hijo del Chapo. En esa fecha y a través de un tuit, revelamos que la liberación del Chapito había sido ordenada por el propio presidente.
Al día siguiente el 18 de octubre de ese 2019, Obrador rechazó haber ordenado la liberación y dijo que la decisión de dejar escapar a Ovidio Guzmán se produjo en una reunión del Gabinete de Seguridad, lo cual fue negado por el propio Alfonso Durazo.
Sin embargo, el viernes 19 de junio del 2020, López Obrador reconoció que fue él y sólo él el responsable de ordenar la liberación del Chapito.
Luego ocurrió lo que ya todos sabemos; la boda de la hija del Chapo, con toda la seguridad oficial; la visita a Badiraguato a saludar a la madre del Chapo, la promesa de que México exigiría la fortuna del criminal para repartirla al pueblo y, sobre todo, la detención del general Salvador Cienfuegos.
Sí, le guste o no a la sociedad mexicana y al Estado todo; abundan las pruebas de que el presidente mexicano, López Obrador, está en manos del mayor criminal, el Chapo Guzmán, a quien incluso el presidente no puede llamar por su apodo.
RICARDO ALEMANACUSA A AMLO DE USAR LA VENGANZA, LA VIOLENCIA Y EL TERROR, COMO FORMAS " DE GOBIERNO":
El periodista Ricardo Alemán volvió a criticar al presidente Andrés Manuel López Obrador a través de su más reciente columna, el pseudo periodista aseguró que en el Gobierno de López Obrador, parecen instaladas la venganza, la violencia y el terror, como formas privilegiadas “de gobierno”.
La venganza, la violencia y el terror han sido, en la historia de la humanidad, los signos característicos de las tiranías de todos los tiempos.
Por ejemplo, el fascismo italiano, del que siguieron el fascismo alemán y el fascismo español, tuvieron en Benito Mussolini al tirano por excelencia; el dictador que mantenía el orden mediante la venganza, la violencia y el terror extremo, con grupos paramilitares como los llamados camisas negras.
La venganza, la violencia y el terror han sido y siguen siendo los principales instrumentos de represión y control social.
Y viene a cuento porque en el México de hoy, en el Gobierno de López Obrador, parecen instaladas la venganza, la violencia y el terror, como formas privilegiadas “de gobierno”.
La venganza contra enemigos y adversarios; la violencia contra los ciudadanos en general y el terror como mensaje de miedo que paraliza todo posible respuesta social.
1.- El primer mensaje de venganza, violencia y miedo lo vimos a los pocos días de iniciado el actual Gobierno. Por causas que nadie en el Gobierno de Obrador ha querido investigar, se desplomó el helicóptero donde viajaba la gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso, y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle. Nadie sabe si fue un atentado o un accidente. Lo que sí se sabe es que perdieron la vida los más poderosos opositores a López Obrador.
2.- Apenas inició el sexenio de AMLO y arrancó la persecución contra algunos de los más visibles enemigos del presidente; los empresarios Alonso Ancira, Juan Collado y Carlos Ahumada, los tres vinculados a decisiones y momentos que significaron un obstáculo importante a los afanes de Obrador por alcanzar la Presidencia de la República. En los tres casos está a la vista de todos la venganza y la persecución que pretende ser ejemplar; es decir, se manda el mensaje de terror a los adversarios del sector empresarial.
3.- En cuanto a ex servidores públicos el caso emblema para el Gobierno actual era el de Emilio Lozoya, el exdirector de Pemex que ha sido perseguido por todo el mundo, junto con su familia, en otra acción que busca ser ejemplar.
4.- Sin embargo, hoy el caso más grosero y más burdo es la venganza y la violenta persecución desatadas desde la casa presidencial contra Rosario Robles, a quien en medio de un grotesco montaje judicial, ayer se envió a prisión. Robles es inocente, pero también su caso es utilizado por el Gobierno de Obrador para mandar un mensaje de terror y miedo a todos los adversarios políticos que piensan –como dice el presidente a sus cercanos–, “pasarse de la raya” y “no respetar al presidente”.
Está en marcha, por todos los frentes posibles, la política de la venganza y la violencia; la misma venganza y violencia que ejerció el propio presidente contra medios y periodistas críticos; contra ministros de la Corte, contra empresarios y directores de órganos autónomos.
5.- Pero, además, la violencia y el terror se mueven por vías alternas. ¿Cuál es el mensaje que mandan el presidente Obrador y su Gobierno, cuando ponen a remate la casa del chino mexicano Zhenli Ye Gon a pocas horas de que el propio presidente promulgó la Ley de Extinción de Dominio?
El mensaje está a la vista de todos; cualquier ciudadano que sea señalado por un delito imaginario puede ser despojado.
6.- Pero no es todo. Las bandas criminales han escalado la violencia a niveles de terror y total impunidad. Los casos más recientes se produjeron en Michoacán, Veracruz y Ciudad de México.
En Michoacán fueron torturados, asesinados, desmembrados y esparcidos en Uruapan los cuerpos de 19 personas. En Veracruz se repitió la historia y por todo el estado aparecen cuerpos desmembrados, mientras que en Ciudad de México el terror se apodera de las otrora zonas exclusivas, como la plaza Artz.
¿Qué mensaje envía el presidente Obrador cuando dice –ante la mayor violencia en eventos criminales en todo el país–, “que no va a declarar la guerra” lo que significa que los criminales tienen permiso para todo.
La señal es clara, el presidente condena a la sociedad a ser rehén del terror que por todo el país desatan las bandas del crimen organizado.
¿Quién va a defender a los ciudadanos de las venganzas, la violencia y el terror, si el signo del Gobierno del presidente Obrador son precisamente la venganza, la violencia y el terror?
Con información de Debate.