Generales allegados al exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, comenzaron una cooperación “voluntaria” entre militares para apoyarlo económicamente en su defensa legal en Estados Unidos, la cual se considera costará entre dos y tres millones de dólares.
El objetivo de esta cooperación es limpiar la imagen del Ejército mexicano ante las acusaciones de que uno de sus generales tuvo vínculos con crimen organizado.
Aunque es la primera vez que la cooperación voluntaria se da entre generales, hay antecedentes de casos como el de Tlatlaya, Palmarito o la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, donde personal de tropa apoyó económicamente a sus compañeros imputados por algún delito.
Para César Gutiérrez Pliego, especialista en derecho militar, las cooperaciones siempre se han dado entre los compañeos de Antigüedades (generación). “Siempre hay un presidente de la Antigüedad, (un grupo) conformado por graduados de la misma generación en el Colegio Militar, este líder junta a los integrantes y pide una coperacha para pagar los abogados”.
El tema no es ajeno para la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que informó que como parte del espíritu de cuerpo, cuando algún compañero sufre alguna emergencia o desgracia se apoyan, ya sea económicamente o a través de apoyo moral o material, pero de la cooperación para ayudar al general Cienfuegos no tienen conocimiento.
“De la supuesta cooperación para el general Cienfuegos notenemos conocimiento que se esté organizando”.
De la supuesta cooperación para el general Cienfuegos no tenemos conocimiento que se esté organizando: Sedena
“El Ejército mexicano está lleno de famosas colectas, incluso desde que eres soldado raso, pero no están autorizadas como tales, incluso están prohibidas. Hay correos electrónicos y circulares donde en teoría están prohibidas, pero se llevan a cabo” señaló Gutiérrez Pliego.
El especialista comentó que nunca se había visto una colecta de un asunto de este tipo entre generales. “Hubo recientemente otra colecta de generales para el apoyo de personal de tropa y oficiales que se vieron afectados por el C?vid-19, pero una colecta de este tipo no se había visto”.
Gutiérrez recalcó que, al interior de la milicia, las colectas n? están autorizadas. “Hay correos circulares donde en teoría están prohibidas, per? se llevan a cabo”.
Siempre hay un presidente de la Antigüedad, (un grupo) conformado por graduados de la misma generación en el Colegio Militar, este líder junta a los integrantes y pide una coperacha para pagar los abogados: César Gutiérrez Pliego / Especialista en Derecho Militar
A estos grupos que al interior de la Sedena promueven las “coperachas” se les conoce como “cofradías”, señala el especialista en derecho militar. “El caso de Tlatlaya, donde 22 civiles fueron acribillados por militares, yo fui el abogado defensor de un oficial y personal de tropa y en el caso del general Tomás Dauahare, acusado de vínculos con la delincuencia y narcomenudeo, contrató una defensa particular, pero le tocó un sexenio donde el exsecretario GuillermoGalván no iba a permitir que tuviera un apoyo directo porque él es quien lo estaba imputando”.
No obstante, dijo, a la salida del general Galván fue el grupo de la cofradía quien se movió para que se retiraran las imputaciones en su contra “La PGR ya no lo acusó, retiraron la acusación que había en su contra porque los generales se movieron para que la imputación dejara de versar en su contra”.
Otro caso es el ocurrido en Iguala, Guerrero, con la desaparición de los 43 normalistas. “Hay un Capitán que está siendo imputado, por lo que un compañero de su antigüedad durante su paso en el Colegio Militar, en el periodo 1987-91, está haciendo una coperacha para juntar recursos para que cuando lo detengan, pueda tener una defensa al grado que desde ahorita ya hay abogados trabajando en el asunto”, señaló el experto. Apuntó que la cuota de recursos no es nueva en la comunidad militar, ya que es considerada una tradición para demostrar espíritu de cuerpo entre compañeros, y más con antigüedades y promociones que se hicieron en una carrera militar de más de 50 años en activo.
Con Cienfuegos al FRENTE de Sedena, murieron más de MIL 200 soldados
En su mando como secretario de Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos Zepeda, se contabilizaron un total de mil 245 soldados en servicio y francos, muertos entre el 1 de diciembre de 2012 y el 30 de noviembre de 2018.
Así lo indican respuestas a solicitudes de información obtenidas vía transparencia, por El Sol de México.
Actualmente Cienfuegos Zepeda se encuentra detenido en Estados Unidos acusado de narcotráfico, lavado de dinero y brindar protección a miembros del cártel “H-2”.
Cuando fue titular de la Sedena, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, 321 de sus elementos cayeron desempeñando labores de seguridad, logística y más, dentro y fuera del país, se trataba de militares en servicio.
Agresiones con arma de fuego, accidentes aéreos y automovilísticos, atropellos y caídas, entre otros, son parte de las causas de muerte.
Asimismo, 924 militares perdieron la vida al encontrarse francos, es decir fuera de servicio, por las mismas causas que sus compañeros en servicio más otras como agresiones con arma blanca, agresiones físicas, accidentes, enfermedades, infartos y ejecuciones.
La primera causa de muerte entre el personal militar fueron los homicidios, con 418 casos, de estos 109 en servicio y 309 francos.
Cabe señalar que, 325 se cometieron con arma de fuego; 35, con arma blanca, y 33, por otra agresión física.
Asimismo, 25 se consideraron ejecuciones, indica la Sedena en las solicitudes de transparencia con números de folio 0000700237316 y 0000700064719.
Los accidentes automovilísticos fueron la segunda causa de muerte, con 356 casos en el sexenio de Peña.
Le siguieron después los atropellados con 72 soldados, los que murieron por infarto o paro cardiorespiratorio 62, por enfermedad 43, por ahogamiento 30, por caídas 24, por “accidentes de arma de fuego” 15, por descargas eléctricas ocho y por asfixia cuatro.
Además de estas, hay otras 213 causas de muerte entre las que se encuentran: explosión de granada, calcinamiento, golpes de calor, derrames cerebrales y suicidios.
Se incluye también el accidente en salto de paracaídas de un sargento el 14 de julio de 2016, en Carolina del Norte, Estados Unidos.
Juan Francisco Patrón Sánchez, alias El H-2, era el jefe de plaza del cártel de los Beltrán Leyva en Nayarit. Tras la detención de Héctor Beltrán en 2014, Patrón Sánchez se convirtió en el líder supremo de la organización.
Esta entidad es una de las que aparecen con el menor número de muertes de militares, con apenas 11, de las cuales sólo una fue por arma de fuego.
Las otras se debieron a accidentes automovilísticos y atropellos. De acuerdo con autoridades estadounidenses, el general Salvador Cienfuegos recibió sobornos del narcotraficante para permitirle actuar con impunidad y que realizara operaciones en contra de sus rivales del cártel de Sinaloa.
El estado de Sinaloa, cuna de Joaquín El Chapo Guzmán, se convirtió en la novena entidad con más muertes de soldados durante el sexenio anterior, con 55 decesos.
En este estado predominaron las agresiones por arma de fuego, 25 casos y los accidentes automovilísticos 12 muertes.
En primer lugar se ubicó el Estado de México, con 187 decesos, donde al menos 58 fueron por arma de fuego mientras los soldados estaban en descanso.
El segundo sitió lo ocupó la Ciudad de México, con 122 fallecimientos, la mayoría por enfermedades como cáncer, infartos, derrames cerebrales, insuficiencia renal y más.
Las entidades que les siguen con más muertes de militares son territorios donde ha permeado la violencia impuesta por grupos del crimen organizado.
Es el caso de Guerrero, con 102 muertes; Michoacán, con 79; Tamaulipas con 70; Jalisco, con 64; Chihuahua, con 59, y Veracruz con 57.
A este mapa de bajas fatales de elementos del Ejército mexicano, se agrega que los grados que sufrieron más muertes fueron soldados, con 423 casos; cabos, con 294; sargentos segundos, con 136; rurales, con 120; tenientes, con 79; sargentos primeros, con 64 y subtenientes, con 44.
En las listas entregadas por la Sedena aparecen 17 mujeres. Cinco de ellas fallecieron a consecuencia de agresiones por arma de fuego mientras se encontraban fuera de labores.
Es el caso de una enfermera atacada el 6 de diciembre de 2016 en el Estado de México y una subteniente que murió por la misma causa un año después, en el mismo territorio.
Dos más fueron agredidas en la Ciudad de México y otra en Sinaloa. A ellas se añade el suicidio de una cabo oficinista, en San Luis Potosí, el 20 de mayo de 2014.
Con información de Ciudad Virtual.