Redacción
En Estados Unidos ha comenzado
la transición gubernamental, el proceso de entrega-recepción entre el demócrata
Joe Biden y el retiro del actual presidente Donald Trump que, se espera,
concluya con la votación de los colegios electorales el 14 de diciembre… pero
el presidente Andrés Manuel López Obrador se mantiene: no felicitará al
presidente electo en tanto no concluya el proceso electoral.
El argumento del presidente
mexicano es que no debe intervenir en la política interna de otros países como
lo mandata la Constitución, un principio de la política exterior que se tenía
olvidado, reiteró en alusión a los presidentes que le antecedieron.
“No hay que adelantar tiempos.
Cuando termine el proceso electoral en Estados Unidos, entonces nos vamos a
pronunciar”, dijo hoy en su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional.
López Obrador es uno de los
pocos presidentes que se ha resistido a felicitar a Joe Biden, una posición en
la que se afirmó otra vez esta mañana, pidiendo esperar a que “se resuelvan las
cosas” y luego, emitir una felicitación.
El argumento constitucional ha
tenido reiteradamente el recuerdo de la elección presidencial de 2006, cuando
López Obrador reclamaba el triunfo sobre el panista Felipe Calderón y, en medio
de las impugnaciones por conductas fraudulentas, gobiernos como el de España se
adelantaron a felicitar a su adversario.
El episodio incluyó el cántico
del presidente de la consigna de aquellos años con la que se exigía el recuento
de votos: “voto por voto, casilla por casilla”, precisamente lo que en Estados
Unidos sigue en marcha a partir de las impugnaciones del republicano Trump,
cuya resolución espera el presidente López Obrador para fijar una posición
respecto al gobierno entrante.
En cualquier caso, dijo, el
país y su gobierno no tiene ningún problema con otros gobiernos ni partidos del
extranjero, reivindicando una vez más el principio constitucional de libre
autodeterminación de los pueblos, no intervención y citando el postulado
juarista sobre el respeto al derecho ajeno.
Con información de Proceso
Gabinete
de Biden da esperanzas
En este momento ya se percibe
algo del antiguo Estados Unidos que vuelve a ser actual: un país en el que los
dirigentes políticos se han afirmado como expertos en sus respectivos campos
por inteligencia, conocimientos y, sobre todo, por sus largos años de
experiencia. Como Antony Blinken, un diplomático de larga trayectoria que cree
firmemente en las alianzas globales y que quiere plantar cara a China. O Janet
Yellen, que será la primera mujer al frente del ministerio de Finanzas.
Alejandro Mayorka, que en su día emigró desde Cuba, estará al frente de la
seguridad interior y se ocupará, entre otros asuntos, de la frontera entre EE.
UU. y México.
En Europa ha causado especial
alegría la elección como responsable del clima de John Kerry, uno de los
arquitectos del acuerdo de París. Con él, Biden tiene a su lado una figura con
mucha experiencia, consagrado por completo a la crisis climática desde hace
años y uno de los hombres mejor ralacionados del mundo, capaz de forjar
importantes alianzas gracias a sus contactos personales.
Con información de DW.com