Texto original: Lizbeth Álvarez Martínez.
Estrés, miedo, hambre, frío, enfermedades, ansiedad, y sí, también cariño, son algunos de los males que experimentan los perros callejeros por las avenidas de la Ciudad de México.
Especialistas estiman que hay más de un millón de perros deambulando en las calles de la capital. El problema es que no hay un registro certero ni actualizado.
Lo que sí sabemos es que “Peluso”, es ahora un perro de metal. Cabizbajo, ve pasar a los autos y a los caminantes de la alcaldía de Tlalpan. A sus pies se encontraba una placa que decía lo siguiente:
“Mi único delito fue nacer y vivir en las calles o ser abandonado. Yo no pedí nacer y a pesar de tu indiferencia y de tus golpes, lo único que pido es lo que obra de tu amor. ¡Ya no quiero sufrir, sobrevivir al mundo es sólo una cuestión de horror! ¡Ayúdame, ayúdame, por favor! “Peluso.”
“Peluso” merece ser visitado. Se encuentra justo entre el Instituto Nacional de Neurología y el Deportivo Vivanco. Su cuerpo costilludo de 89 kilos de bronce te espera, en la búsqueda de esa caricia que le fue negada en vida.
Milagros Caninos se dedica al cuidado y rehabilitación de perros que han sido cruelmente agredidos por el ser humano, sometidos a drogas o incluso violados. De dicha Asociación Civil fue la creación de El Monumento al Perro Callejero.
Cabe destacar que el día Internacional del Perro Callejero se conmemora cada 27 de julio.