Yadhira Carrillo planea escribir sus memorias sobre los momentos difíciles que está pasando con Juan Collado en la cárcel. "Nunca sería para criticar, sino para poder ayudar a alguien esté pasando por un proceso tan desgastante como este, y sobre todo cuando es injusto".
La vida no se equivoca, tenemos que pasar por cosas que tienes que, por algo, por destino, lo tienes que vivir y siempre va a ser para bien.
El pasado 4 de septiembre reveló que Juan Collado "está mucho más vigilado que todos. ¿Por qué? No sabemos por qué. Pero entran sin avisar, le hacen inspecciones, inspeccionan cosa por cosa. Juan tiene menos que todos, pero bueno, si así tiene que ser, que así sea", dijo con la voz entrecortada, a punto del llanto.
Hemos llorado profundamente Juan y yo, nos ha tocado muy fuerte pero ni modo. No entendemos por qué está pasando todo eso.
Sin embargo, el 5 de septiembre, Antonio Collado, hermano y abogado de Juan, dijo ante los medios algunas palabras que sorprendieron:
"Juan está custodiado, está con un chaleco antibalas porque ha tenido amenazas de muerte", sentenció.
Pero un día después, afuera del Reclusorio Norte de la Ciudad de México, Yadhira atendió a la prensa para avisar que no volvería a hablar ante las cámaras, y aclaró:
"No hay ninguna amenaza de ningún tipo, yo creo que hubo una mala interpretación, eso es muy importante comentarlo. Todo sigue exactamente igual que siempre, todo tranquilo".
Sobre el uso de un chaleco antibalas, Carrillo dijo que su esposo no lo usa regularmente, pero que "hay protocolos allá adentro que por supuesto mueven a las personas de un lado a otro a lo mejor con este sistema, pero no hay absolutamente ninguna amenaza de ningún tipo para Juan Collado".
Y justamente debido a esto, saben que estamos en un proceso, y a partir de este momento no puedo tomar ninguna entrevista.
Esta semana, Yadhira Carrillo mantuvo su palabra y evitó hablar con la prensa. Solo dijo que su esposo se encuentra "bien", y se retiró.
A Collado Mocelo se le acusa de pertenecer a una red financiera ilícita que simuló, mediante empresas fantasmas, la compra venta de inmuebles ideadas para la apropiación fraudulenta de un terreno en la ciudad de Querétaro, propiedad de Sergio Hugo Bustamante Figueroa.