El gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, y sus diputados pretenden darle un golpe bajo a la economía de sus gobernados ya que están cocinando una ley que les permitirá cobrar impuestos a todos los negocios que ofrezcan servicio a domicilio durante esta cuarentena.
No conformes con hacer como las avestruces a la hora de poder echar atrás o no el llamado bonillazo, que mantiene en vilo la extensión de dos a cinco años del mandato del gobernador de Baja California, Jaime Bonilla (Morena), nos revelan que nuevamente el Congreso de dicha entidad alista un golpe a la ciudadanía.
Resulta, informa el diario El Universal, que en plena crisis económica agravada por el Covid-19, el Legislativo local busca aprobar una reforma de ley, la cual pegaría con un nuevo impuesto a los restaurantes, farmacias, supermercados y plataformas que en el estado facilitan la entrega de comida y otros productos a domicilio.
De aprobarse, nos explican, la medida sin duda impactará negativamente a los usuarios y la economía de pequeñas y medianas empresas, que hoy más que nunca dependen de cada peso ganado para mantenerse a flote. ¿Fallarán, otra vez, a quienes les regalaron la curul?