Me llaman el Monstruo de Ecatepec. Deseo que esta manifestación llegué a las manos de la fiscalia especializada en feminicidios, al Ministerio publico de san Agustín, a mi defensa privada el Licenciado Gerardo Gomez Zuñiga, al director del C.P.R.S. Ecatepec y a mi Sra. Madre.
Mi nombre es Juan Carlos Hernández Bejar. Me encuentro interno en el módulo No. 10 el cubo en el Reclusorio de Chiconautla en Ecatepec Edo. Mex.
Juan Carlos Hernández Bejar, conocido como el Monstruo de Ecatepec por asesinar a más de 10 mujeres, escribió una carta en la que se queja de que es maltratado por el psicólogo que le asignaron en la cárcel de Chiconautla.
A continuación reproducimos el texto íntegro de la carta difundida por el asesino serial de mujeres. Asi mismo deceo que este escrito se haga publico en medios de Comunicación y Redes Sociales. Aqui dare a contrastar las platicas que he tenido con mi psicologo del cual omitire su nombre ya que mi integridad fisica corre peligro. En audiencias de Diciembre del año 2020 de la causa penal 513/2019 manifeste frente al Juez Gerardo Ramirez Villefaña mi necesidad y el Derecho ha mano que tengo a tener Visita Intima con mi esposa Patricia Martinez Bernal y pedi un cambio de Psicologo.
El juez giro oficio al director del penal con el numero de acto 13818 donde se solicita revocar a mi psicologo y dar información acerca de la Visita Intima. Siendo entonces que el dia 29 de Enero del 2021 el mismo psicologo brincando la orden del juez y del director acudio a mi modulo solo a reclamarme de manera hostil, primeramente me pregunto -¿Como estas?- a lo que yo conteste «mal», estoy «mal», por que llevo casi un año sin Intimidad con mi esposa.
Despues me pregunta por que me revocaste? yo le explique que su terapia y recomendaciones No me servian, No me ayudan, me deja peor con cada Visita y por que me incita a hacer cosas malas. Le hice incapie de cada cosa me ah dicho: Cuando yo le comento que necesito intimidad con mi esposa el me comenta que no, que no se puede por la contingencia del. COVID. pero que si tanta es mi necesidad que por que no le pido a mis oficiales que me traigan un puto del pueblo o que me meta a un puto de aqui del Modulo.
Entonces me da a entender que con mi esposa no puedo pero sin con putos como el los llama. Percibiendo yo que esta propiciando y promoviendo actos homosexuales los cuales primeramente esta eso prohibido, cuando yo le mencione yo no soy gay y que porque me dice eso si yo tengo a mi esposa. Entonces me dice que debo ver y aceptar mi Realidad [sic] una realidad donde yo debo vivir sometido por siempre, que por mis delitos yo debo chingarme [sic] y No debería de gozar de mis derechos huamanos, que si por el fuera me quitaba la Visita de mi Sra. Madre y de mi esposa, ya que seguir el, yo debo Cortarme el Cordón Ubilical y para el un buen Castigo es que mi madre me dejara de Visitar ya que yo merezco estar a raya y ahi es donde comienza a hablar de la Visita, diciendome que mi mamá me Ve como un Niño y que para ella lo que hize es como una travesura, ofendiendo a mi Sra. Madre a pesar de que ella de Verdad a su terapia psicologica; que yo No deberia tener visita intima por ser feminicida y que mi vida aqui deberia ser solo de castigos, tortura y estar sometido.
Que mi mamá deveria olvidarse de mi y mi esposa deberia hacer otra Vida aqui: que si me quiero suicidar que No pida ya mas ayuda y que mejor lo haga, que Nada se pierde, que yo solo estorbo, que por que no mejor mato a mi esposa, que que mas de un proceso mas, que yo me merezco estar solo, que yo nunca podre hacer una Vida digna en la carcel, que lo que yo hice de pedir ayuda al Juez son puterias Joterias [sic] que así es mi realidad y debo aceptar que si el penal me quiere volver puto a fuerza que debo resignarme. Que los medios de Comunicación mienten y que yo No soy tan chingon [sic] como dicen, que si yo Necesito Relaciones que me haga 10 chaquetas diariashasta que yo solo me desmadre. Que la fiscalia se la pasa por los huevos [sic], incitadome en la apología del Delito. y asi me dice que yo debo estar chingandome. Metiendose hasta con la fiscalia. con mi defensa y con mi familia.
El asesino sádico de mujeres:
Hoy, 25 de noviembre, se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres en conmemoración de los asesinatos de las hermanas Mirabal, las activistas conocidas como las Mariposas, en 1960. Solo un día antes de la celebración de este día, en el que se reivindican (una vez más) los derechos de las mujeres en su lucha contra cualquier forma de discriminación, nació uno de los mayores asesinos y violadores de mujeres de la historia. A Ted Bundy se le reconocen hasta un centenar de víctimas; jóvenes universitarias en su mayoría, aunque él solo confesó 34. Theodore Robert Bundy nació el 24 de noviembre de 1946 en la ciudad de Burlington, en el estado de Vermont (Estados Unidos). Sus primeros años de vida parecieron ser una mentira: fue acogido por sus abuelos creyendo que estos eran sus padres y que su madre era su hermana. En su época universitaria fue un estudiante de Psicología muy aplicado, pero fue en el campus donde conoció a la persona que empezaría a desestabilizarlo para toda la vida. Bundy se enamoró de Stephanie Brooks, cuya ruptura nunca llegó a superar y, de hecho, no lo hizo, sino que su amor se convirtió en obsesión.
Tras un tiempo lejos de los libros, regresó a la Universidad de Washington para matricularse en Derecho, al tiempo que inició una relación con Meg Anders. No fue hasta el 4 de enero de 1974 cuando cometió su primer delito. Bundy se coló en la habitación de la estudiante Joni Lenz, de 18 años, para golpearle fuertemente con una palanca metálica. Después, la violó con una de las patas de su cama. La joven sobrevivió, pero el ataque le dejó con una lesión cerebral permanente. Casi un mes más tarde, Bundy repitió su modus operandi con una estudiante de Piscología del mismo campus, Lynda Ann. Solo que aquella vez se llevó el cuerpo y lo custodió durante un año entero, hasta que la Policía halló sus restos en una zona montañosa. Aquellos fueron sus primeros ataques y asaltos nocturnos, ya que con la llegada de la época estival, Bundy se atrevió a salir de las sombras y atreverse a atacar a plena luz del día. Este estilo entonces adquirido consistía en una simple estrategia: acudía a campus universitarios o supermercados, escogía a su víctima y le pedía ayuda para meter las cosas en su maletero bajo la (falsa) excusa de tener un brazo escayolado. Entonces, golpeaba con una barra a la joven y la metía en su Volkswagen, para trasladarlas a algún lugar apartado en las que les realizaba todo tipo de vejaciones. En algunos casos, tras asesinarlas, practicaba la necrofilia con los cuerpos.
Siguiendo este mismo patrón, el asesino dejó víctimas a su paso por los estados de Utah, Oregón, Florida y Colorado. Entre sus objetivos se encontraban jóvenes (de menos de 30 años) e incluso niñas menores de edad y se calcula que los crímenes se cometieron entre 1974 y 1978. Sin embargo, fueron muchas las mujeres que desaparecieron misteriosamente a lo largo de esas fechas sin que se haya sabido hasta ahora su desenlace, así como otros cuerpos que no fueron identificados.
Una de las claves del éxito en sus tácticas, además de su ensayo previo y el victimismo, se debía a sus grandes dotes de seductor y a un atractivo físico que le hizo ganar todo un séquito de fans que lo aclamaban. A las puertas de los Jugados de distintos estados en los que el joven estaba siendo acusado de asesinato, violación, rapto o todas ellas, se agolpaban grupos de chicas que gritaban su nombre y se declaraban fanáticas del mismo, como ya ocurrió con otras serial killers como Charles Manson o Jeffrey Dahmer (hibristofilia o enclitofilia).
En muchas de las vistas orales y comparecencias ante el juez, Bundy estaba acompañado de su esposa y de muchas de sus seguidoras. Según declaró el criminalista Raúl Torreo, algunas de estas fanáticas incluso lo visitaban en la prisión para tener un vis a vis. Bundy también jugaba con mucho con su aspecto físico, no solo para captar víctimas, sino también para poder huir de la Policía. El joven asesino cambiaba de aspecto siempre que podía para eludir las sirenas policiales. Pero el detonante de sus detenciones, y lo que provocó que el criminal apareciera en las fichas policiales de las comisarías de al menos cuatro estados, fue su actitud temeraria ante el volante. Fue detenido en varias ocasiones por mala conducción. Sin embargo, de todas las veces que fue arrestado y puesto a disposición judicial, Bundy logró escaparse en dos ocasiones de prisión. Así fue hasta después de su segunda fuga, en enero de 1978, cuando cometió su último crimen. En esa ocasión, Bundy no seleccionó a una víctima concreta, sino que se pasó por las habitaciones de la Fraternidad Chi Omega de la Universidad de Florida y golpeó a toda estudiante que se encontró con un leño de madera. Tras los salvajes golpes, Bundy vejó, mordió y mutiló algunos de los cuerpos. Su último ataque fue contra una joven de 12 años, con quien volvió a repetir las mismas acciones.
Además de verse capaz de poder huir de las autoridades, Bundy también creyó en sus habilidades como abogado, e incluso se defendió a sí mismo durante uno de sus procesos judiciales, que duró cinco años por los numerosos retrasos en la ejecución y sus múltiples apelaciones; manteniendo su inocencia en todo momento. Pero fue una mordedura en uno de los glúteos de sus últimas víctimas lo que lo sentenció a muerte.
Fue el 17 de enero de 1989 cuando pusieron fecha a su ejecución para una semana después. Sin embargo, Bundy quiso aplazar su final lo máximo posible, por lo que decidió ir aportando datos sobre sus crímenes o el paradero de los cuerpos que no habían logrado encontrar. Al no recibir el perdón que esperaba, decidió cambiar la estrategia y concedió toda una ronda de entrevistas con la prensa, aunque no llegó a admitir toda su culpa. Finalmente, fue ejecutado en la silla eléctrica el 24 de enero de 1989 y declarado muerto a las 7:16 horas a los 42 años, en el condado Bradford, Florida.
Con información de Informativo Mx.