Redacción
Malthus Gamba, en su columna de Sin LíneaMX, habla sobre el papel de los partidos políticos rumbo a las elecciones de 2021 y su inminente peligro de ser "pulverizados" si no hacen un frente común para vencer a Morena:
La desesperación produce efectos nocivos en quienes la padecen. Logra que en ocasiones, el subconsciente traicione y se hagan públicas declaraciones que debieron ser guardadas en secreto.
Eso le sucedió hace unos días a Marko Cortés, el opaco dirigente del partido político Acción Nacional.
En un llamado desesperado a todas las fuerzas conservadoras, solicitó la conformación de un frente común que pueda frenar en las siguientes elecciones del 2021, a la aplanadora política de Morena.
Es una convocatoria válida, que implicaría la suma de todas las fuerzas de la derecha, para construir un proyecto alterno que pueda competir con la propuesta de cambio que impulsa la Cuarta Transformación.
Lo que llama la atención en el comunicado, es la situación de riesgo que manifiesta el presidente del PAN, si no se logra construir ese proyecto alterno.
Marko Cortés dice textualmente que la intención que perseguiría este frente único, sería la siguiente: “El reto será evitar la pulverización de quienes no estamos conformes, encontrando los puntos de coincidencia, que nos permitan sumar esfuerzos con los diversos sectores sociales”.
En 2021, según lo ve el presidente de esta fuerza política de la derecha, no se verificará una elección intermedia en la que se puede perder o ganar, como sucede en una democracia.
Está en juego la supervivencia de lo poco que queda de los partidos políticos neoliberales, que perdieron la mayor parte de su fuerza en las pasadas elecciones del 2018.
Perder nuevamente en el 2021, significará la pulverización de estos partidos y de varios de los grupos de poder que los están financiando actualmente.
La campaña de desprestigio dirigida contra el presidente de México y también contra el proyecto de Cuarta Transformación, no ha dado resultados hasta este momento. Las últimas mediciones realizadas por las casas encuestadoras, muestran que el apoyo social hacia el presidente y las políticas que instrumenta, crece en lugar de disminuir.
Ya es una cifra histórica, la que confirma la confianza de la gente sobre el rumbo que sigue el país.
De nada ha servido que los grupos conservadores y sus periodistas incondicionales señalen a diario que el país no cree económicamente.