A sus 27 años, Anette nunca se imaginó ser la jefa de un grupo de elementos de Tránsito de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México (SSC-CDMX), tuvo que trabajar arduamente para llegar a tener el grado de segundo policía.
Hoy en día encabeza a un grupo de elementos de Tránsito de la zona vial 8 que incluye las principales vialidades y calles del Centro Histórico que lo recorre diariamente a toda hora del día; esto le refleja el panorama que muchas personas en situación de calle viven de manera cotidiana.
Ahora con la pandemia del Covid-19, la situación se hace cada vez más difícil para las personas que viven sobre las calles de Artículo 123 o deambulan por el Eje Central y Circunvalación, quienes buscan un poco de alimento.
Ante esta situación, convocó a los 10 elementos a su cargo para hacer una “coperacha”, 200 pesos por cabeza para poder comprar, pan, jamón, queso, chiles, mayonesa, todo lo necesario para hacer sándwiches, claro no podían faltar los refrescos, todo esto para ser entregado a las personas de situación de calle que buscan alimento en el primer cuadro de la Ciudad de México.
Cómo surge la idea, pues surge la idea a partir de los recorridos que realizamos en nuestro perímetro y al percatarnos que tenemos bastantes personas en situación vulnerable que necesitan un poquito de nuestra ayuda, pues, fue un granito de arena que pusimos de nuestra parte”.
A decir de Anette, todo la cooperación y la entrega de los alimentos debería de ser de manera anónima, sin protagonismos; sin embargo, trascendió en las redes sociales la obra de caridad que hizo con sus compañeros quienes ya en algunas calles del Centro Histórico los conocen como héroes.
Para Alfredo Fernández Arena, policía segundo, la experiencia de entregar alimentos a personas necesitadas le marcó la vida, aunque reconoce que al principio fue difícil ganarse la confianza de las personas que al ver las patrullas pensaban que los iban a subir a las unidades para llevárselos.
Tras ganarse la confianza comenzaron a repartir los sándwiches que ellos prepararon con lo que habían comprado, al final las sonrisas y los agradecimientos, fue lo mejor del día.
Muchísimas gracias oficial, no cualquiera se toma este tiempo, esa dedicación, se sentían agradecidos”.
Un agradecimiento que paso de las calles a cada una de las casas de los elementos de tránsito de seguridad pública de la Ciudad de México, un agradecimiento que quedó grabado en el corazón del motopatrullero Denis Cortés Colín, quien al contar lo sucedido en su hogar, su pequeña hija lo llenó de besos, lo que lo motiva a seguir ayudando a las personas que lo necesiten.
Mi hija más que nada, me llenó de besos me dijo que nunca había sido posible que su papá hiciera esto, mi hija de cuatro años. Mi hija dijo que se sentía orgullosa de mí que lo siguiera haciendo que para eso estamos los policías para apoyar a la ciudadanía”.
Los integrantes de la de la zona vial 8 de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, realizan diariamente sus recorridos, ahora buscan otros puntos para entregar comida a quiénes lo necesitan, todo de manera anónima.
Con información de Excelsior.