En noticias mas recientes se ha llegado a la conclusión de que grupos criminales ahora tienen como estrategia para desaparecer los cuerpos de sus victimas dentro de sus mismas casas de tortura en fosas clandestinas.
Así lo documentó el periodista Héctor de Mauleón en su columna para El Universal, en la que llamó a dichos inmuebles de seguridad del narcotráfico como "las casas del terror".
El periodista destacó que Jalisco ha estado en el centro de atención a nivel nacional e internacional por la cantidad de fosas clandestinas que han sido halladas en los últimos meses.
En 2019, al menos 133 cuerpos fueron encontrados en dieciséis fosas en los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco, El Salto y Zapotlanejo.
Para 2020, tan solo en los primeros cinco meses del año, se registraron 215 cuerpos en fosas de Tlajomulco, Zapopan, Jocotepec, Juanacatlán, Santa Cruz del Valle y El Salto.
Más de la mitad de los cuerpos antes señalados fue encontrada en patios o habitaciones de las casas de tortura, las cuales no estaban en lugares aislados, sino en zonas habitadas por varios vecinos.
Héctor de Mauleón destacó que en los últimos años, las autoridades de Jalisco no han podido identificar a la mitad de los cuerpos encontrados y en varios de ellos, aún se desconoce la causa de muerte.
La mayoría de estas "casas del terror" se ubica en zonas metropolitanas de Jalisco.
Las casas de seguridad generalmente son rentadas o inmuebles abandonados que los criminales toman para ocultar a sus víctimas.
En dichas casas, los integrantes de la delincuencia organizada pasan factura a los detenidos por distintas acusaciones dentro de su organización.
Antes de matar a sus víctimas, los sicarios ejercen tortura, para después desmembrarlas y enterrarlas en fosas dentro del mismo inmueble (patios, habitaciones o garajes).
En julio de 2019, en Tonalá, Jalisco, los policías federales encontraron una casa de tortura después de que vieran a un joven con actitud sospechosa intentando ocultarse de los oficiales.
En el inmueble, los uniformados hallaron tres cuerpos con el rostro cubierto de cinta en una habitación.
Tres personas seguían vivas con huellas aparentes de tortura y en el jardín aparecieron dos cuerpos enterrados, además de varias prendas de ropa con manchas de sangre.
Tras la investigación, las autoridades encontraron doce cuerpos y once bolsas con restos humanos.
Un hallazgo similar ocurrió ese mismo año en El Campanario, Zapopan, donde se encontraron 30 cadáveres en siete fosas dentro de una casa.
Sobre el frecuente hallazgo de cuerpos en fosas clandestinas, Francisco Jiménez Reynoso, miembro del Observatorio de Seguridad y Justicia de la Universidad de Guadalajara (UdeG), destacó que la población en general está perdiendo ‘la capacidad de asombro’ ante dicho suceso.
En el caso de los vecinos de las casas de tortura, la gente sabe que algo "raro" pasa en ellas, pero la mayoría teme verse involucrada y no presenta denuncias.
Varias de estas casas fueron desmanteladas gracias a las denuncias anónimas de la población que vivía cerca y notó la actividad "anormal" en ellas.
Además, algunas denuncias surgieron después de que los vecinos se percataran de que de los inmuebles señalados salían olores fétidos.
Con información de La Neta Noticias.