Conocidos como El pelotón de la muerte eran ‘famosos’ por ser el terror de supuestos criminales y civiles, quienes ante la menor sospecha eran detenidos.
Eran jefes militares y soldados, fueron detenidos en 2009 acusados de delitos contra la salud, robo, tortura, asesinato y violación a las leyes de inhumación. Tras su arresto los elementos fueron recluidos en el penal militar de Mazatlán, Sinaloa. Los militares detenidos eran parte de la Tercera Compañía de Infantería No Encuadrada (CINE).
CINE es una unidad del Ejército independiente que no opera bajo las órdenes de una unidad superior, por ejemplo, un batallón.
El pelotón de la muerte se encargó de la Operación Conjunta en Chihuahua ordenada por el presidente Felipe Calderón en la ‘Guerra contra el narcotráfico’.
Quienes pertenecieron a la organización aseguraron que los responsables de evidentes violaciones a los derechos humanos van desde los más altos mandos.
La cadena de mando comenzaba con el entonces presidente Felipe Calderón y el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guillermo Galván.
Así como con el general de División Marco Antonio González; de Brigada, Felipe de Jesús Espitia; Jesús Moreno Aviña; y el teniente coronel José Julián Juárez Ramírez.
El pelotón de la muerte ha sido ampliamente indagado por periodistas y diversos medios de comunicación como la Revista Proceso y el periódico Reforma.
El periodista Óscar Balderas, da voz al testimonio del mayor, Alejandro Rodas Cobón, a quien el destino lo colocó en un pelotón de ejecución.
La organización tenía una macabra puesta en escena. Al civil se le incineraba después de largas torturas, y se usaba gasolina como materia prima del ‘trabajo’.
Casos conocidos de El pelotón de la muerte
El pelotón de la muerte carga a sus espaldas inumerables detenciones arbitrarias, torturas y robos.
De forma concreta son señalados por la muerte de cuatro supuestos criminales, a continuación detallamos tres de los casos.
El Azteca
En 2008, el mayor de Infantería Alejandro Rodas Cobón y el teniente de Infantería Arturo Huesca Isasi patrullaban las calles de la llamada Zona de Mulato.
Rodas Cobón reconoció en la calle a un presunto delincuente. Se trataba de Esau Samaniego, apodado como El Cholo o El Azteca.
El Azteca fue señalado por Rodas Cobón de querer secuestrar al hijo y a la esposa del sargento Guillermo Arce García.
Al presunto criminal le encontraron un tatuaje de águila en el hombro derecho, por lo que de inmediato lo vincularan con Los Aztecas del Cartel de Juárez.
Los militares de El pelotón de la muerte lo detuvieron, lo amarraron de brazos y pies, le taparon los ojos, para subirlo a su camioneta, apodada Lobo del Mal.
Arturo Huesca torturó a El Azteca por horas, le colocó una bolsa de plástico en la cabeza y lo golpeó hasta la muerte.
El pelotón de la muerte le hizo una cama de leña, lo llenó de gasolina y le prendió fuego.
Esperó hasta que el cuerpo de El Azteca se consumiera, en unas cobijas se llevaron las cenizas y de regreso al CINE las esparcieron por la terracería.
En 2008, el soldado Isauro Pérez fue asesinado de 13 puñaladas en el bar El Foro Cinco.
Por el crimen, el Mayor de Infantería Alejandro Rodas Cobón prometió que encontraría a los culpables.
Ordenó un operativo donde El pelotón de la muerte detuvo al exmilitar Erick de Jesús Villegas y a su esposa.
Acudió a la casa del soldado Pérez donde detuvo a cuatro personas y al cabo Omar Sánchez, quien dormía en la cama del militar abatido.
Se los llevaron a todos detenidos. El pelotón de la muerte interceptó a una camioneta con dos personas a bordo, encontraron 14 mil pesos y joyas.
En el CINE, los detenidos fueron amarrados y torturados, los mojaban y luego les daban choques eléctricos.
El exmilitar Erick de Jesús Villegas recibió toques hasta que perdió el conocimiento y le salió espuma por la boca.
Rodas Cobón ordenó la tortura de José Heriberto Rojas Lemus, de 18 años, a quien le dieron choques en los testículos hasta que convulsionó.
De igual forma, rociaron de combustible a las víctimas, les prendieron fuego y tiraron sus cenizas en un arroyo.
Erick Valenzuela Campos El Campitos fue detenido por Rodas Cobón y un grupo de soldados de bajo rango.
Cuando revisaron su teléfono encontraron números de agentes aduanales y de la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
Para que lo dejaran libre El Campitos le ofreció a El pelotón de la muerte 250 mil pesos y armas que tenía en su casa.
Fueron a su domicilio, no sin antes quemar la camioneta donde el detenido venía. Ahí encontraron armas y drogas.
En la madrugada fue llevado al Rancho Trece, le rociaron gasolina para amenazarlo luego lo interrogaron por tres horas.
A la mañana siguiente lo llevaron a bordo de la Lobo del mal hasta llegar a una casa abandonada, donde El Campitos fue ahorcado.
Su cuerpo, como en los casos anteriores, fue incinerado y sus restos fueron esparcidos en un río.
En 2017, 13 de los 31 miembros de El pelotón de la muerte obtuvieron su libertad por falta de pruebas.
Los 18 restantes, en su mayoría autores materiales de los crímenes, se encuentran en prisión.
La mayoría de los liberados fueron acusados de testigos, es decir, presenciaron los hechos cometidos y nunca denunciaron. El teniente coronel José Julián Juárez Ramírez y el Mayor Alejandro Rodas Cobón, quien ordenó la mayoría de los crímenes, siguen en proceso.
Entre los ya sentenciados de El pelotón de la muerte está el general Jesús Moreno Aviña, quien recibió 52 años de prisión por actos de lesa humanidad. También Moreno Aviña, quien era el comandante de la guarnición de Ojinaga.
Con información del Blog del Narco.