Redacción
El Senado de México votó a
favor de imponer multas de hasta 47 mil dólares a los hoteles, restaurantes u
otros propietarios que restrinjan el acceso a las playas del país.
El proyecto de ley fue
aprobado de manera unánime el martes y también requiere que los propietarios
permitan el acceso al público a través de sus terrenos a las playas que no
tienen otros caminos. La medida pasará ahora a manos del Presidente para su
aprobación.
Desde hace tiempo, los
mexicanos se han quejado debido a que los restaurantes, clubes y hoteles
privados han levantado barreras o colocado guardias para mantener a los locales
fuera de “su” tramo de playa.
La ley federal ya estipula que
no se puede negar el acceso a un espacio 20 metros tierra adentro desde la
línea de pleamar, pero algunos negocios delimitan áreas exclusivas casi hasta
la orilla del mar. Los establecimientos que quebranten la ley en repetidas
ocasiones podrían perder sus permisos para operar en cualquier parte de la
playa.
En febrero, dos turistas
mexicanos fueron arrestados brevemente en Playa del Carmen, en la costa del
Caribe, después de rehusarse a abandonar un tramo de playa que había sido
tomado por un restaurante local para colocar mesas para sus clientes. Los
arrestos provocaron protestas y el Gobierno local eventualmente se disculpó.
El “club de playa” privado
había estado cobrando por usar los camastros colocados casi a la orilla del mar
y el establecimiento llamó a la policía municipal una vez que la pareja se
rehusó a abandonar lo que el club llamó un “pasillo de servicio” en la arena.
Un video publicado en las redes sociales mostraba a la pareja siendo esposada y
retirada por la policía ante las protestas de la gente, que señalaban que el
acceso a la playa está protegido por la ley.
De acuerdo con fotografías
publicadas en las redes sociales, el club de playa había colocado sus
sombrillas y camastros a pocos metros del mar, cobrado a los turistas 40
dólares por usarlos.
El asunto también ha tomado
relevancia durante la pandemia, debido a que se cerraron las playas públicas a
lo largo de buena parte de la costa del Caribe como medida sanitaria, pero los
turistas —a menudo extranjeros— podían seguir disfrutando de las playas de los
hoteles que tienen acceso directo.
Con información de Sin Embargo