La Ley de Producción de Defensa de EU fue promulgada en 1950 tras el comienzo de la guerra de Corea en respuesta a la falta de mano de obra y equipamiento, y desde entonces varios presidentes la han invocado para hacer frente a emergencias como desastres naturales. Con ella, se podrá movilizar al sector industrial y acelerar la fabricación de máscaras, respiradores y otros equipos contra la pandemia.
El nuevo Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este jueves la estrategia con la que su Administración planea afrontar la pandemia del coronavirus.
El mandatario firmó una serie de nuevas órdenes ejecutivas contra la COVID-19 que incluyen medidas como el uso obligatorio de mascarillas en aeropuertos, trenes y autobuses, así como la autorización de un mayor uso de la Ley de Producción de Defensa (DPA, por sus siglas en inglés) para acelerar la vacunación en el país.
“Hoy firmo una acción ejecutiva para usar la Ley de Producción de Defensa y todas las demás competencias disponibles para ordenar a todas las agencias federales y la industria privada que aceleren la elaboración de todo lo que se necesita para proteger, probar, vacunar y cuidar a nuestro pueblo”, declaró el Jefe de Estado.
En un discurso transmitido por la cuenta en Twitter de la Casa Blanca, el Presidente declaró que todas las personas que tengan previsto viajar a Estados Unidos deberán hacerse una prueba de COVID-19 antes de volar y someterse a una cuarentena obligatoria de 14 días al llegar al país. El primero de esos requisitos ya lo anunciaron la semana pasada los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
Biden calificó la crisis sanitaria de “tiempo de guerra”, recordó que el virus ya se ha cobrado 400 mil vidas, más que el total de bajas sufridas por el país durante la Segunda Guerra Mundial, e hizo un pronóstico sombrío al afirmar que la mortalidad por COVID-19 podría superar el medio millón en febrero.
Tune in as President Biden provides an update on the Administration’s COVID-19 response. https://t.co/xFHzMcVRti
— The White House (@WhiteHouse) January 21, 2021
Si voy a viajar, ¿cuándo me hago la prueba covid?
Viajar en 2020 se ha convertido en una tarea de recolección de datos. Mientras que en México, el gobierno no solicita algún tipo de pruebas de detección de covid-19 y los pasajeros sólo deben adaptarse a las medidas impuestas por aeropuertos y aerolíneas, como el uso obligatorio de cubrebocas, en otros países no es así.
La gran mayoría de los países a nivel mundial tienen impuestas diversas reglas, ya sea cuarentenas obligatorias o la presentación de pruebas negativas de detección de covid-19 para que pasajeros extranjeros puedan entrar a sus territorios.
Sin embargo, existe una falta de homogeneidad en las medidas que han tomado los gobiernos a nivel mundial. Por ejemplo, hay algunos países que primero reciben a los pasajeros, y una vez que están en sus territorios les realizan una (o dos) pruebas de covid-19, como es el caso de Islandia en Europa o Venezuela, en América del Sur. En cambio, hay otros que piden que los pasajeros lleguen con sus pruebas, y que éstas tengan menos de 72 o 48 horas de haberse realizado, como es el caso de Panamá.
Pero, ¿cuál es la mejor estrategia? Como pasajero, ¿cuándo debería realizar mi prueba de detección de covid-19?
En realidad, no hay una respuesta única. Depende de las medidas implementadas por cada gobierno, por lo que la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) recomienda que los pasajeros revisen las reglamentaciones gubernamentales implementadas de cada país, ya sea en las páginas webs de los gobiernos o en el Travel Centre, iniciativa realizada por la misma IATA y disponible en este link.
Pero, la IATA ha pedido que los gobiernos del mundo homologuen sus medidas, sigan las recomendaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional y delineó, recientemente, cuál podría ser la mejor estrategia.
De acuerdo con la Asociación, realizar las pruebas de detección de covid-19 una vez que se llega al destino es la peor de las opciones porque el pasajero está expuesto a una cuarentena obligatoria, en caso de que sus resultados sean positivos o, peor aún, falso positivo.
Islandia, por ejemplo, obliga a que los pasajeros se hagan dos pruebas de detección covid-19 una vez que ingresan a su territorio: la primera se lleva a cabo recién descienden del avión y los pasajeros tienen que llevar a cabo una cuarentena de cinco días antes de realizar una segunda prueba para confirmar los resultados. En caso de que no quieran llevar a cabo este plan, la segunda opción es tener una cuarentena obligatoria de 14 días.
Para la IATA, las dos mejores opciones son realizar pruebas de detección de covid-19 días antes del viaje o el mismo día. Sin embargo, ambas tienen sus desventajas.
Por ejemplo, si un pasajero se hace una prueba de detección 72 horas antes de su vuelo, significa que todavía tiene 72 horas para contagiarse potencialmente de covid-19, lo cual implica un riesgo. Varias aerolíneas de Estados Unidos, como United Airlines, ofrecen medidas como ésta.
Sin embargo, si un pasajero lleva a cabo una prueba de detección de covid-19 horas antes de su vuelo, en la terminal del aeropuerto, esto puede causar aglomeraciones de personas que están esperando para llevar a cabo su test, lo cual tampoco es la mejor de las opciones, debido a las medidas de distanciamiento social.
Con información de Sin Embargo.