Redacción
Un hecho que pudo terminar en
una tragedia se logró cambiar cuando la Secretaría de Seguridad Pública del Estado
de Veracruz encontró a 233 migrantes centroamericanos hacinados en un camión
abandonado en entre Veracruz y Tabasco.
Los viajeros, procedentes de
Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Belice llevaban al menos 12 horas
dentro de un tráiler inmovilizado en una carretera del municipio de Las
Choapas, a unos 300 kilómetros de la frontera entre México y Guatemala. Algunos
de los migrantes, que utilizan estas vías para atravesar México y llegar a
Estados Unidos, presentaban signos de deshidratación y fueron puestos a
disposición del Instituto Nacional de Migración (INM).
Las autoridades han informado
de que el Operativo Interestatal Veracruz-Tabasco, que opera a lo largo de los
límites de ambos Estados para combatir la delincuencia, ha interceptado uno de
los últimos intentos masivos de trata de personas desde la frontera sur.
La Secretaría de Seguridad
Pública (SSP), a través de la Policía Estatal, ha detectado un tráiler
abandonado en la autopista Raudales-Ocozocoautla, cerca de la frontera de
Chiapas. Al inspeccionarlo, ha encontrado a 191 personas de origen guatemalteco,
11 salvadoreños, 19 hondureños, 11 nicaragüenses y un beliceño.
Algunos de los migrantes
presentaban cuadros de deshidratación tras 12 horas encerrados en un contenedor
sin ventilación, según ha informado Javier Contreras, portavoz de la SSP de
Veracruz. El grupo recibió atención médica antes de ser trasladados al INM para
determinar su situación en el país.
#VeracruzMeInforma: Rescata SSP a 233 migrantes abandonados en un tráiler, en Las Choapas
— SSP Veracruz (@SP_Veracruz) February 15, 2021
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Chiapas, Estado limítrofe con
Guatemala, es el territorio por el que pasan las rutas migrantes desde
Centroamérica rumbo a Estados Unidos. El viaje, motivado por la pobreza y la
violencia, está minado de obstáculos y peligros para los indocumentados.
La proliferación de las
caravanas migrantes y las mafias que cobran por proporcionar los medios de
transporte son un reflejo de la demanda de formas de cruzar la frontera. Hace
tres semanas, el Ejército mexicano encontró en un vehículo el cuerpo de 19
migrantes calcinados en Tamaulipas, al norte del país. Algunos aún llevaban
puesta ropa camuflaje tipo militar y chalecos antibalas.
Días más tarde se confirmaba
la principal sospecha: eran migrantes guatemaltecos y salvadoreños, las últimas
víctimas de los grupos criminales que trafican con los viajeros y atacan los
vehículos de bandas enemigas.
Hace dos días, la Guardia
Nacional interceptó un camión con 103 migrantes centroamericanos en una
carretera de Nuevo León, muy cerca de la frontera con Estados Unidos. La
copiloto, una mujer sin documentación, llamó la atención de las autoridades y
delató al resto del grupo.
“Al momento de acercarse a la
caja se escucharon diversos golpes, por lo que solicitaron al conductor una
inspección. Al abrir las puertas se percataron que trasladaban a 103 ciudadanos
centroamericanos, quienes no contaban con la documentación que confirmara la
legal estancia en el país”, aseguró el cuerpo de seguridad en un comunicado. A
finales de enero, fueron hallados otros 128 migrantes en un camión que
circulaba por una carretera en Veracruz.
Con información de El País