Gerardo Quirino Velázquez es un personaje perseguido por la incongruencia y el pragmatismo. Como parte del grupo de la UdeG y con el apoyo de Raúl Padilla López, Quirino fue candidato del PRD a diputado local en la elección del 2018 y llegó al congreso local como coordinador de la mini fracción de este partido.
En su momento, Quirino se opuso al endeudamiento de Tlajomulco para la construcción de Centro Administrativo (CAT), proyecto que impulsó el hoy gobernador, Enrique Alfaro, y quien terminó endeudando al municipio por más de 1,800 millones de pesos a pagar en 30 años. El Gerardo Quirino de entonces, arremetía contra deuda propuesta por Alfaro, porque eso le aseguraba un espacio como oposición.
Quirino, en el 2015 aseguraba que “no se cuestiona su funcionalidad (del CAT) sino el fraude que hay detrás de él, en un municipio que tiene muchas carencias”. Incluso prometió, como posible candidato a la alcaldía que se revisaría la situación legal del proyecto con el fin de evaluar si había alguna forma de revertir el convenio que tenía el ayuntamiento para pagar el inmueble.
El jueves pasado, Gerardo Quirino, votó a favor de una deuda de 6,200 millones de pesos ordenada por el gobernador Enrique Alfaro, traicionando la confianza de las familias de Tlajomulco, municipio que representa y los propios intereses del grupo político que ha estado detrás de él en los últimos años
Esta deuda y la reasignación del presupuesto que se llevó a cabo el jueves, de espalda a las familias de Jalisco, representa un duro golpe para las finanzas públicas del estado, para la seguridad y el transporte público, pues la iniciativa incluía quitar dinero a estas agendas prioritarias para darle el control del dinero al “despacho del gobernador”.
Gerardo Quirino tendrá que rendir cuentas de esta decisión a sus representados, pues la inseguridad y la delincuencia siguen en aumento en Tlajomulco en este 2020 y el transporte público sigue siendo un desastre, a pesar de la pandemia de covid-19. De esta forma la versión 2020 de Gerardo Quirino parece haber olvidado los principios y valores que utilizó en campaña para volver a su habitual pragmatismo en busca de una nueva posición política.