El primo del ex portero de la Selección Nacional, Jorge Campos, fue asesinado a balazos afuera de su domicilio ubicado en la céntrica colonia Progreso en Acapulco.
La víctima fue identificada como Enrique Campos Torres de 61 años, primo hermano del ex portero acapulqueño, informaron las autoridades ministeriales.
El crimen se reportó a las autoridades alrededor de las 06:40 de la tarde de este martes, entre la avenida Niños Héroes y la calle Alvarado de ese asentamiento.
De acuerdo con las primeras versiones, la víctima se encontraba afuera de un complejo de departamentos junto a otro hombre, al parecer ingiriendo bebidas alcohólicas, cuando fue atacado a balazos por sujetos armados que iban a bordo de un vehículo.
Se indicó que la víctima intentó huir corriendo rumbo a su casa, cuando fue herido a balazos y cayó en el estacionamiento; el otro hombre resultó ileso.
Se informó el cuerpo de la víctima, de quien se informó vivía, junto a una mujer, al parecer su madre, fue levantado y lo ingresaron a un departamento.
Al lugar acudieron Policías estatales y municipales quienes confirmaron el hecho y acordonaron la zona, mientras que el personal de la Fiscalía del Estado realizó las diligencias de ley.
Después el cuerpo fue trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) para los trámites legales correspondientes.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) reveló el mapa del narcotráfico en México que ubica al Cártel Jalisco Nueva Generación y al Cártel de Sinaloa como los dominantes del territorio nacional. En conferencia de prensa, el doctor Santiago Nieto Castillo señaló que la delincuencia organizada es la primera amenaza en el país para el tema del lavado de dinero.
“Tenemos 19 organizaciones delictivas de alto impacto, y de ellas dos de naturaleza supranacional: el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel del Pacífico. Durante la última administración federal vimos desafortunadamente el crecimiento de ocho organizaciones de carácter regional: el Cártel de la Unión Tepito, el Cártel de Tláhuac en la Ciudad de México; Los Viagra, en Michoacán; el Cártel de Noreste, en Tamaulipas; el Cártel Independiente de Acapulco, Los Rojos y Guerreros Unidos, en el estado de Guerrero, entre otros.
De acuerdo con el mapa que presentó, las otras organizaciones criminales que se disputan el país son: Cártel del Golfo, Los Zetas, La Familia, Los Beltrán Leyva, Cártel Santa Rosa y Fuerzas Antiunión.
De esta información oficial se desprende que el Cártel Jalisco Nueva Generación tiene presencia en 24 entidades del país; el Cártel del Pacífico se localiza en 19 estados; el Cártel del Golfo, en 14 entidades; Los Zetas, en 13; el Cártel del Noreste, en cinco; Guerreros Unidos, en cuatro; La Familia, en tres; Los Beltrán Leyva, en tres; el Cártel Santa Rosa, en dos; Unión Tepito, en dos; y Fuerzas Antiunión, en dos.
También se descubre que el Cártel de Sinaloa y el CJNG se diputan 15 entidades: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Zacatecas, Jalisco, Colima, Querétaro, Estado de México, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Quintana Roo.
Al presentar la Evaluación nacional de riesgos 2019-2020, Nieto Castillo habló de otras diputas relevantes: que en el caso del Bajío “hay evidentemente un grupo criminal [que] estuvo generando acciones delictivas en la zona: […] Santa Rosa de Lima, y que hay un enfrentamiento con el Cártel Jalisco Nueva Generación. Hemos visto un corrimiento del Cártel Jalisco hacia Guanajuato y hacia algunos espacios incluso en el estado de Querétaro […]”.
Aunado a ello, agregó que “la delincuencia organizada ha multiplicado sus actividades delictivas y hay cárteles como el Santa Rosa de Lima, que ha ido perdiendo su posición a partir de los distintos ángulos en que el Estado mexicano combate sus actividades; sin embargo, se han multiplicado, se ha ido moviendo del tráfico, robo de hidrocarburos, tráfico de drogas a temas vinculados con el secuestro de extorsión”.
El titular de la UIF agregó que “el problema más relevante de la delincuencia organizada, la amenaza más grande que tenemos, es precisamente estos grupos delictivos y, por tanto, el ataque y el combate a éstos debe hacerse a través de la mecánica de cinco ejes: el combate a los sicarios y a los líderes de los cárteles, como se hace de manera ordinaria; el combate a sus estructuras financieras, para evitar que sigan reproduciendo los mecanismos para poder pagar sicarios, a narcomenudistas; el tercero: el combate la corrupción política que los protege, sobre todo en los ámbitos locales; el cuarto: combate a la corrupción judicial, ministerial y policial que les genera, les da protección jurídica, y, finalmente, a la base social que los apoya, esto a partir de programas sociales y programas de inclusión financiera”.
Con información de Julio Astillero y Contralínea.