
Parece que Claudia Sheinbaum ya sujetó con fuerza el timón del Gobierno de la Ciudad de México después de casi un año de administración. En estos once meses la jefa de gobierno ha hecho ajustes en su equipo, lo que ha implicado la sustitución de funcionarios en áreas importantes de la maquinaria gubernamental como la seguridad o la movilidad.
Después de un par de crisis, la muerte del estudiante Ronquillo y la marcha feminista, Sheinbaum comenzó a ajustar no solo la estrategia de gestión del gobierno sino el propio modelo de comunicación, tanto institucional como personal. Ahora se puede ver a una Claudia más empática y cercana a los problemas de los ciudadanos, una jefa de gobierno que no teme exponerse en las redes sociales y que parece estar ganando confianza.
Su estilo personal de hacer política y su perfil académico-científico le permite aproximarse con método al intricado mundo de la administración y del diseño de políticas públicas, lo que en ciertas coyunturas parece contrastar, de manera muy visible, con la fórmula carismática de un presidente López Obrador que sigue sustentando de forma importante la legitimidad de su gobierno en una narrativa de emociones e intenciones.
Sheinbaum es científica, en el sentido más amplio de la palabra, y por lo tanto le gustan los hechos, la ejecución real de alternativas, la revisión técnica de la labor gubernamental, la implementación y evaluación de políticas, el ensayo y el error.
Los resultados comienzan a acompañarla en materia de seguridad, en el combate a la corrupción, en la implementación de un nuevo modelo de movilidad y transporte, en la gestión del territorio y el crecimiento de la ciudad. Sheinbaum tiene una visión clara de la capital que quiere dejar, una idea muy específica del legado que quiere heredar a las y los capitalinos.
Recientemente, el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, en el marco de la conferencia magistral “América Latina en Disputa” que se llevó a cabo en la Ciudad de México destapó a la jefa de gobierno como posible candidata a la presidencia de la república: “Estoy seguro de que Claudia Sheinbaum será la próxima presidenta de México”.
Sin embargo, lo que podría llevar a Palacio Nacional a la primera mujer electa como jefa de gobierno será su efectividad para resolver los problemas más importantes de la capital y su astucia para enfrentar una oposición que en la medida que se acerquen los tiempos electorales arreciarán sus críticas y estrategias de ataque. Veremos como reacciona ella y su equipo de trabajo.