Redacción
Los ataques contra las
lechuzas, búhos y tecolotes siguen a la orden del día en municipios de Yucatán
debido a que los pobladores las relacionan con la mala suerte o de augurio de
la muerte; las agresiones son, dicen, para evitar que el coronavirus llegué a
sus comunidades.
Hace unas semanas, habitantes
de Subincancab, de la comisaría de Timucuy, apedrearon y rociaron con agua
bendita a una lechuza, y aunque un grupo de jóvenes dio aviso a rescatistas
pertenecientes a la asociación civil Proyecto Santa María (PSM), quienes
auxiliaron al ave, esta murió días después.
Una nueva agresión se registró
el pasado 28 de mayo, en esta ocasión una lechuza de campanario, también
conocida como lechuza blanca, fue rescatada por un hombre de Bokobá, municipio
del oriente de Yucatán. El ave caminaba desorientada por el campo de béisbol
por lo que el ciudadano la resguardó; sin embargo, al llegar la asociación esta
había fallecido.
“Nos trasladamos a este
municipio previo reporte a las autoridades ambientales, para auxiliar al
ejemplar, pero al llegar nos encontramos con que acababa de fallecer sin causa
aparente”, mencionó Proyecto Santa María en una publicación en su cuenta de
Facebook.
Con información de Radio
Fórmula