Dan pena realmente los amargados fifís que marcharon en la escuálida protesta de ayer domingo. Que en realidad deben estar agradecidos de poseer su total libertad para protestar, para disentir e igualmente para mentir y para calumniar he inventar números e imágenes falsas, porque no pudieron juntar para su propósito ni siquiera el 1% del capital humano que logró nuestro presidente, ávido el pueblo abusado por experimentar por vez primera la verdadera democracia que finalmente hemos logrado en México.
Supongo se sentirán bastante frustrados con tal resultado insignificante, que si fuese yo una fifí, me hubiera dado horror y pena ajena el haber visto a tanta calaña del régimen corrupto inmiscuidos allí, medios y politiquillos de quinta, que los mexicanos finalmente logramos sacar del poder, como el seso hueco de Vicente Fox o su amigo la fichita Javier “Ozano Alacón” clásico corrupto aún suelto y haciendo de las suyas.
Que el narcotraficante chino Zhen-li Ye-Gon, acusó en su momento de haberle entregado en resguardo aquellos más de doscientos millones de dólares de billetes fresquecitos que le apañaron en el garaje de la mansión que rentaba en las Lomas de Chapultepec, que hasta el día de hoy, nadie sabe y nadie supo de dónde salieron o a dónde quedaron esos dineros incautados, típicos gajes del oficio de aquellos contubernios que tanto gustaban de servirse con la cuchara grande y que constantemente sucedían en aquellos tiempos pasados del autoritarismo mexicano, que con seguridad, no volveremos a dejarlos comer del rico platón de nuestros valiosos recursos tan depredados por su voracidad.
Quizá sea una buena idea que organicemos una marcha ahora a favor de la democracia, en apoyo a nuestro gran presidente honesto y valiente que ha impactado al mundo, que tanto ha logrado en apenas unos cuantos meses de haber tomado las riendas de la ripiada nación que nos dejaron dichos farsantes disfrazados de funcionarios públicos, dichos hipócritas engañabobos, que bendito sea su dios ya no están, que nomás no les cae el veinte de que la mayoría ciudadana de nuestra gran nación fue quien los despidió, y que por tanto ya no podrán chupar más del chorro abierto de los recursos del pueblo, pero que continúan dando patadas de ahogado en su desesperación por no poder continuar la rapiña. Una marcha para apoyar a nuestro reconocido estadista AMLO.
Cuyo equipo trabaja día y noche como nadie más lo había hecho, para restablecer las condiciones de crecimiento económico, de justicia e igualdad que merecemos, en cooperación con el aparato productor empresarial honorable y decente que posee nuestro gran país. Vamos hermanas y hermanos, a demostrar la fraternidad que nos une en la conquista de estas virtudes que posee el primer gobierno mexicano verdaderamente honorable y recto de nuestra historia moderna. Una marcha que no será contra los compatriotas confundidos, un puñito de frustrados y frustradas que dan lástima.
Aquienes no se debe ni hacer caso ante el pequeñísimo número que representan, sino más bien como una fiesta de celebración a la valiente democracia participativa que finalmente logró que llegase al poder quien habrá de gobernar para el bienestar de todos y no sólo de unos cuantos. Viva México. Viva AMLO y su gran valentía para mirar hacia adelante y continuar, porque la mayoría de los mexicanos así lo decidimos. Ni hablar, fifís, a aceptar su fracaso, hay que ser humildes, ¿podrán?