Redacción
Hay personajes políticos que
parecían ser intocables o invisibles ante la ley o justicia mexicana, hasta
hoy. Tal es el caso de Emilio Gamboa, no solo es priista de alcurnia sino que
es el priista de peso completo, el de las decisiones nacionales y arquitecto
del partido desde hace tiempo.
El tema que parece arrinconarlo
es el caso Chihuahua. Con la detención de César Duarte y su pronta extradición,
el priismo más poderoso empieza a mirar con atención los avances de la fiscalía
mexicana. César Duarte fue partícipe de una red de desvíos millonarios entre la
federación, comandada por Luis Videgaray, y otros personajes. Todo el dinero
fue a parar a campañas priistas. Es ahí en donde Gamboa suena.
Dentro de los primeros avances en
el caso se alcanza a ver la participación clara de su secretario particular,
Juan José Lecanda. Este personaje completamente a las órdenes de Emilio Gamboa
se habría reunido en varias ocasiones con el exgobernador priista de Chihuahua,
durante los grandes saqueos provenientes de la secretaría a cargo, entonces, de
Luis Videgaray.
En ese entonces, Gamboa era el
coordinador de los priistas en el senado. La investigación apunta a que Lecanda
era un personaje totalmente a disposición de las órdenes de Gamboa, por lo que
su participación en el caso Chihuahua arrastra inevitablemente a su patrón. En
lo más alto del PRI empiezan a revisar sus defensas legales para evitar
arrestos, detenciones o llamados a declarar, y justo ahí es en donde se puede
acercar la ley a Gamboa.
Junto con Ochoa Reza y Manlio
Fabio Beltrones, Emilio Gamboa representa a una élite tricolor que no pasa
inadvertida a la hora de investigar los malos manejos del PRI en su último
sexenio. Peña Nieto está escondido en Estados Unidos y Luis Videgaray se
prepara legalmente para lo que venga. El resto de priistas de peso también
espera que las detenciones de César Duarte y Emilio Lozoya no los toqué: algo
complejo, ya que ambos quieren contarlo todo.
Con información de Breaking