Después de que las cuentas bancarias de los tres representantes legales de Cruz Azul fueron congeladas hasta determinar responsabilidades. Billy Álvarez, Alfredo Álvarez y Víctor Garcés son acusados de lavado de activos, por lo que la justicia mexicana intervino para conocer qué sucede en la interna de los manejos de dinero, de presunto origen fraudulento.
Pero ¿qué pasa con el club? De acuerdo al código de disciplina de la Federación Mexicana, si los representantes de los equipos están involucrados en problemas judiciales, el club será desafiliado.
Esta situación pone en duda la participación de Cruz Azul en el torneo mexicano, luego de su buen accionar en el torneo que pasó y que se tuvo que suspender por la pandemia del COVID 19. En este torneo, la máquina cementera tenía todos los elementos para ser campeón, pero la mala suerte los persigue.
Por lo pronto se espera un pronunciamiento de la justicia mexicana y de la Federación Mexicana a fin de saber más detalles de qué sucederá con el club mexicano, que puede incluso desaparecer si es que la justicia encuentra culpables a estos tres personajes polémicos de la Liga MX.
En estricto sentido, y siguiendo los Estatutos de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) y el Reglamento de Afiliación, Cruz Azul debería quedar desafiliado del futbol nacional. El artículo 17-G del Estatuto señala que “si el Dueño y/o los Directivos del Club han incurrido en actos delictivos o de dudosa reputación, a juicio del Comité Ejecutivo, el equipo deberá ser desafiliado”.
El comité que presentaría una recomendación a la Asamblea General del futbol nacional incluye, entre otros, al presidente de la FMF, Yon de Luisa; al presidente de la Liga MX, Enrique Bonilla, y al presidente de la Liga Premier, José Vázquez.
Con toda la evidencia “y si no se producen cambios inmediatos en la actual directiva del Cruz Azul” el equipo debería ser desafiliado del futbol nacional, pero difícilmente el resto de los equipos y las autoridades querrían un escenario así. Incluso, quienes tienen demandada a la actual directiva cruzazulina, no quieren un desenlace funesto, pues perderían una franquicia con millones de seguidores y cuyo valor es de cientos de millones de pesos.
Tampoco es un escenario que desearían los titulares de derechos televisivos, ni el Estadio Azteca, sede temporal del equipo. Así que, seguramente se ideará algún esquema para que se nombre una nueva directiva, evitando poner en riesgo la franquicia. Pero mientras más litigios existan, más riesgos corre el equipo cruzazulino.
Con información de El Universal, El Futbolero.