Una familia vivió un calvario para encontrar atención médica para Iñaki, un pequeño de dos años y siete meses. Su madre, Jacqueline Ramírez, alcanzó como pudo la puerta de salida de urgencias del Instituto Nacional de Pediatría de la Secretaría de Salud, en donde su esposo la esperaba para ir a otro lugar donde el menor sí pudiera recibir atención médica.
En cuatro días, era la segunda vez que la mujer salía de un hospital con pequeño en brazos y sin éxito. Tampoco lo recibieron en el Hospital Materno Pediátrico de Xochimilco en la Ciudad de México.
Tenía apendicitis
De acuerdo con un reportaje publicado originalmente en Animal Político, no les quedó otra opción. Lo llevaron a un hospital privado en el que realizaron una cirugía de emergencia por apendicitis en fase tres.
Tras unos días, el pequeño recibió el alta y los padres no encontraron el alivio, pues se quedaron con una deuda de más de 100 mil pesos. Pidieron prestado en medio de una pandemia que dejó a Alejandro, el padre del menor, desempleado.
Un peregrinaje en busca de atención médica en tiempos de Covid
Los padres de Iñaki iniciaron el peregrinaje en busca de atención el pasado 4 de julio. Notaron algo extraño en el niño y se trasladaron en Uber al Hospital Materno Pediátrico de Xochimilco. En ese momento el pequeño vomitó.
Otros padecimientos además de Covid
Cuando una doctora los recibió, el padre, que fue al único que dejaron pasar por el protocolo de Covid, respondió a las preguntas sobre contactos con familiares infectados con esta enfermedad. Entonces la médico le dio una dosis de medicamento al menor para bajarle la fiebre y recomendó suministrarle paracetamol, dejando entrever un posible caso del nuevo coronavirus.
La misma experiencia vivieron al ir por una segunda opinión al Instituto Nacional de Pediatría.
El peregrinaje siguió mientras Iñaki vivía diarrea, vómitos y fiebre. Lo llevaron a un hospital privado, el último recurso al ver que los síntomas empeoraban, y al fin recibieron una respuesta.
Ahora el niño está en casa, pero los papás tienen una deuda enorme de 140 mil pesos.
Amigos, familiares y conocidos se movieron: sacaron ahorros, pidieron prestado. La familia se quedó sin ingreso y sin Seguro Social. En esa situación los encontró la enfermedad del menor.