Redacción
Sin duda, la estancia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en los Estados Unidos, incluido el histórico discurso que leyó en Washington frente a su homologo estadounidense, ha sido un parteaguas en su gestión como presidente. Aún y cuando la pandemia por covid-19 ocupa casi la totalidad de la información que circula en el espacio público, López Obrador ha recobrado nuevos bríos y ha podido consolidar una racha favorable que inició precisamente con su visita a Trump.
Cuando muchos apostaban que este encuentro terminaría en un desastre, como lo fue en su momento la visita de Trump candidato al presidente Enrique Peña Nieto, la sensatez, racionalidad y la sobriedad del discurso leído por López Obrador reveló a un estadista que sabe muy bien el terreno que pisa y que conoce muy bien “los tiempos” de la política.
El mérito, sin embargo, no es sólo del presidente, detrás de una agenda muy pulcra y cuidada, de un mensaje muy claro y de una narrativa equilibrada, está en canciller Marcelo Ebrard Casaubón, uno de los funcionarios imprescindibles del actual gobierno federal y uno de los hombres de más confianza y cercanía con el presidente.
Marcelo Ebrard, ha sido uno de los puntales más importantes del actual gobierno de México, ha sabido llevar a buen terreno las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y China, una labor nada fácil en un momento de polarización y de emergencia sanitaria.
Durante su gestión como Secretario de Relaciones Exteriores, se firmó el protocolo modificatorio del T-MEC. Acuerdo comercial que Robert Lighthizer, funcionario de comercio de los Estados Unidos, calificó como “algo histórico”. Nancy Pelosi, la influyente presidenta de la cámara, aseguró que el documento del tratado negociado con el gobierno de López Obrador era mucho mejor que el Tratado de Libre Comercio firmado por Salina de Gortari.
De esta forma, Marcelo Ebrard se ha consolidado como uno de los actores más influyentes del gobierno de la república y uno de los políticos que determinarán, en buena medida, los escenarios electorales del próximo año. Hoy, Ebrard ha mostrado la experiencia que ha acumulado a lo largo de los años, sus facultades como negociador y su amplia visión de la vida política de México y el mundo. Como hombre de estado será sumamente importante para el presidente de la república en este año que nos separa del proceso electoral, el cual será inédito no solo por lo apabullante de la elección del 2018 sino por el nivel de polarización que la oposición ha querido imponer.