Redacción
Su pasión por el surf se
convirtió en su peor pesadilla, pues en la búsqueda de conquistar la cima del
deporte de sus amores encontró el lado oscuro, violento y malévolo del ser
humano al ser secuestrada y violada durante un par de meses al ser engañada con
viaje “surfero” a la India.
Se trata de Carmen Grenntree, una
ex surfista australiana que escapó de ese infierno y que hoy cuenta, a través
de su libro “A dangeruous persuit of Happines” (Una peligrosa búsqueda de la
felicidad) donde expone todo lo que vivió y cómo pudo superarlo.
“Durante 7 años de mi vida estaba
dedicada por completo a convertirme en surfista profesional. Desde que me
levantaba hasta que me iba a dormir, estaba centrada en ser campeona del mundo
de surf. Nada me importaba más que eso", mencionó.
Sin embargo, con 22 años cayó en
depresión por no entrar al Champions Tour y viajó a la India para tomarse un
respiro y reencontrarse.
En la India conoció a un hombre
llamado, Rafiq Ahmad Dundoo, que le ofreció viajar a Srinagar, Jammu y a
Cachemira en avión para llegar más rápido a la ciudad de Dharamshala.
Carmen confió en Rafiq Ahmad
Dundoo y aceptó pasar la noche en su bote, donde momentos más tarde cambiaría
su destino al secuestrarla.
"Pensé que jamás escaparía
de ese bote, que moriría allí de una u otra manera”, relató Carmen.
Greentree trató de pedirles en
varias ocasiones a los secuestradores que la liberaran, pero sólo recibía
fuertes golpes tras sus peticiones. Hasta que llegó un momento donde no decidió
pelear más y fue cuando los agresores optaron por violarla.
“Y la vez que me rendí, fue la
primera vez que me violó, pero es que estaba cansada, no podía pelear más y
sabía que no iban a detenerse. Perdí la cuenta de las veces que me violaron. Lo
he bloqueado tanto que ya no recuerdo la mayoría de los ataques”.
La surfista siempre tuvo el deseo
de escaparse pero la zona era sumamente peligrosa y decidió resignarse.
“Era un hombre sin escrúpulos
morales y claramente no le importaba. Me mostró que tenía la intención de
hacerme daño y no sintió ni una pizca de culpa por lo que me estaba haciendo.
Estaba completamente rota, ya ni siquiera era yo. Existía un caparazón en mí”,
narró la exdeportista de 37 años.
Luego de dos meses, su
secuestrador pidió dinero para liberarla, y eso provocó que las autoridades la
localizaran y la salvaran. Actualmente está casada y es madre de tres hijas.
ACUSADO Niega lo sucedido
Sin embargo, la otra cara de la historia,
con el presunto violador, habló en entrevista para exponer que lo que dice es
solo para vender el libro.
Con información de Vanguardia