Por: Hector M. León.
En marzo de 2017, el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Macera, reconocía un incremento en la inseguridad en la capital: “Hay un incremento (en la inseguridad) que obedece a que tenemos a muchas más personas que antes estaban en prisión”.
Mancera argumentaba que la Ciudad de México tenía a 12 mil o más presos que ahora estaban en las calles: “nuestro sistema penitenciario tenía 42 mil personas en prisión, hoy tenemos 30 mil”. (Reforma, 22 de marzo de 2017)
Posteriormente, el 12 de junio de 2019, Mancera ya como senador del PRD aseguró que el narcotráfico siempre ha operado en la capital. (El Sol de México, 12 de junio de 2019)
Sin embargo, durante su administración Mancera siempre se mantuvo en la posición de que en la ciudad no había carteles, sino solo algunos grupos de delincuentes.
Esta visión de gobierno, a todas luces errónea, podría ser la respuesta al incremento de la inseguridad que vive hoy la capital del país, pues enfrentaron el problema desde una dimensión que no correspondía, pues en lugar de enfocar las instituciones y las políticas de seguridad hacía el enfrentamiento de los cárteles y el crimen organizado el gobierno de la Ciudad de México optó por darles trato de delincuentes comunes.
La ecuación es muy clara: un gobierno local que nunca intentó trabajar en coordinación con el gobierno federal, un jefe de gobierno que no quiso aceptar la presencia del crimen organizado en la capital y un nuevo sistema penal acusatorio que privilegia al acusado y que permite la liberación de delincuentes, propiciaron el crecimiento y empoderamiento del crimen organizado y lógicamente, un importante incremento en los índices de secuestros, asesinatos y ejecuciones en los últimos tres años de la administración de Mancera.
La actual jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, ha asumido el reto de forma responsable, asumiendo el tamaño del problema y evaluando las posibles soluciones, que no se verán reflejadas en el corto plazo; entre ellas, propiciar una coordinación efectiva con el gobierno federal, la incorporación de la Guardia Nacional a través de 4 campamentos distribuidos en la ciudad y sobre todo, atender el problema desde su justa dimensión.
No es posible enfrentar a un enemigo poderoso con una estrategia diseñada para ocultar la realidad.