Existe una bolsa de dinero público, dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación, que puede gastarse sin reglas ni lineamientos porque no existe ninguna ley que regule su gasto: Esta bolsa se llama Ramo General 23.
Del presupuesto de la Federación que propuso el Ejecutivo, durante los últimos 10 años, los diputados lo modificaron en promedio en 1.14% (43 mil mdp); es decir, poco. Sin embargo, el Ramo 23 recibe muchos más cambios, lo que quiere decir más gasto opaco. Los diputados subieron el presupuesto para este ramo 37% (34 mil mdp).
No sólo los diputados incrementan esta bolsa de recursos, también la Secretaría de Hacienda: Entre 2013 y 2018, se gastaron 575 mil mdp de más de lo aprobado. Un incremento de 74% del presupuesto aprobado por los diputados.
El Ramo 23 entrega recursos a entidades y municipios mediante fondos que no tienen lineamientos ni criterios de asignación. De 2013 a 2018, los diputados etiquetaron en estos ramos obras muy específicas en las comunidades que representan con una aparente intención de promover su imagen política.
La Secretaría de Hacienda modifica los montos aprobados por los diputados sin volverlos a consultar: disminuye el presupuesto autorizado para algunos fondos y obras etiquetadas que ya no se realizan y, además, destina muchos más recursos a fondos que no tienen definido un objeto de gasto; es decir, que no está claro en que puede gastarse ese dinero y en que no.
Al final, Hacienda termina destinando más recursos a las entidades y municipios sin ofrecer una justificación pública. Por cada 100 pesos aprobados por el Legislativo, el ejecutivo en realidad entregó 188 pesos a los gobiernos locales.
Con información de de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.